La pasión por la ciencia y tecnología se despierta desde temprana edad.
Estudiar, descubrir y cuestionar los fenómenos que se encuentran en el entorno son parte de las cualidades que poseen quienes trabajan en la investigación científica.
Precisamente, fueron estas características las que llevaron a Iván Vargas y Marie Claire Arrieta a generar un impacto positivo en la sociedad gracias a sus experimentos.
Realizar la primera descarga de plasma en el país e investigar la conexión entre el asma y la inflamación con metabolismos microbianos en el intestino, llevaron a estos dos profesionales a ser galardonados con el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología Clodomiro Picado Twight 2016.
Estos reconocimientos son otorgados a quienes realizan y divulgan una investigación que permite enriquecer el conocimiento costarricense.
Ellos demuestran que Costa Rica tiene potencial para innovar y generar su propio conocimiento a partir de investigaciones de alta calidad.
A pesar de que el país enfrenta una realidad poco alentadora en inversión y fomento de la investigación y desarrollo (I+D), Vargas y Arrieta demostraron que sí es posible generar un cambio.
Descarga de conocimiento
Iván Vargas es oriundo de San Carlos, Alajuela, y relata que desde que era niño hacía experimentos en la finca de su padre motivado por los libros de ciencia que se devoraba en la pequeña biblioteca de su escuela.
Era un niño que soñaba en grande, así que diseñaba cohetes y ponía su curiosidad al límite cuando armaba diferentes dispositivos y los ponía a funcionar.
No se conformó con solo sueños. Vargas tuvo la posibilidad de estudiar en la Universidad de Costa Rica (UCR) su pregrado y concluyó su posgrado en Madrid, España.
Fue en ese país europeo donde Vargas comenzó a realizar investigaciones sobre el plasma. Tuvo acercamientos a temas de física experimental y de simulación.
Con el conocimiento adquirido Iván regresó al país y fue en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) donde alcanzó lo que él hoy cataloga como su principal éxito: formar el Laboratorio de Plasmas para Energía de Fusión y Aplicaciones, lugar donde hoy ejerce como coordinador.
El 29 de junio pasado, los investigadores líderados por Vargas lograran realizar la primera descarga de plasma en un dispositivo de alta temperatura único en la región, conocido como Stellarator de Costa Rica 1 (SCR-1).
La iniciativa fue diseñada, construida e implementada en este laboratorio.
Costa Rica se convirtió en el primer país latinoamericano en hacer una descarga de este tipo y con ello se puso al mismo nivel de Estados Unidos, Australia, Alemania y España.
Las aspiraciones de este tecnólogo están enfocadas en fortalecer el perfil del Laboratorio y será el próximo año cuando este centro de investigación crezca tres veces y medio de lo que es hoy.
Atención en pequeños detalles
Marie Claire Arrieta es una apasionada por la microbiología y su interés se despertó cuando tenía tan solo cinco años.
Recuerda que una de las imágenes más claras de su niñez fue cuando le realizaron una prueba de sangre y el microbiólogo le dio la oportunidad de ver sus propias células a través de un microscopio. Aquellos colores rojos y púrpuras y las formas de las células que observó, la llevaron a darse cuenta de que su mundo iba a ser la ciencia.
Arrieta estudió microbiología en la UCR y realizó su maestría y doctorado en la Universidad de Alberta en Canadá.
El trabajo que le valió el reconomiento fue la investigación en la que postula una conexión entre el asma y las bacterias intestinales.
Los jurados reconocieron su aplicabilidad directa en la prevención del asma y su tratamiento pediátrico. Es decir, con estas investigaciones se pueden prevenir enfermedades desde temprana edad.
Arrieta actualmente reside en Calgary, Canadá.
“El quehacer científico se caracteriza por muchos más fracasos que éxitos. Pasan meses o años, durante los cuales los experimentos no funcionan, los proyectos no avanzan, no se financian ni se publican. El triunfo viene de encontrar fuerzas y paciencia para seguir adelante”, dijo Arrieta.
La realidad nacional no es tan alentadora en temas de investigación científica y tecnológica, ya que solo se invierte el 0,56% del Producto Interno Bruto (PIB) en estas áreas. Ahí radican las debilidades del país: financiamiento y la desarticulación entre la academia y el sector productivo.
Así lo afirmaron Vargas y Arrieta, quienes consideran que hay que seguir la misma receta de países como Corea del Sur donde el sector privado financia las investigaciones científicas.
Para Vargas también es importante levantar el perfil de entidades como la del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) para que tenga un rol más activo.
Las aspiraciones de estos científicos no se detienen.
Vargas con la visión de hacer crecer su laboratorio e incentivar el uso del plasma, y Arrieta con su deseo de desarrollar terapias que ayuden a disminuir la incidencia de enfermedades inmunes.