El estancamiento en las tarifas de las conexiones fijas a Internet para hogares y pequeñas y medianas empresas (pymes), desde el 2014, frena el acceso a banda ancha en Costa Rica, sin que en el corto plazo se perciba algún cambio sustancial en la situación.
Mientras, a nivel corporativo, los precios de los enlaces aumentaron, de acuerdo con las estadísticas de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel).
Los principales operadores de Internet realizaron la última modificación de precios relevante hace dos años (cuando duplicaron la velocidad contratada a sus clientes residenciales). Las opciones de fibra óptica –con mejores precios en la mayoría de casos– son de reciente lanzamiento y no impactan aún debido a la baja penetración y cobertura.
El congelamiento de las tarifas de Internet se achaca a la falta de declaratoria de mercados en competencia que debe hacer la Sutel y a los costos de operación de las redes de cobre y coaxial (para servicios de ADSL y cablemódem), de arrendamiento de torres y del tráfico internacional.
También se achaca a la mentalidad de las autoridades, que se inclinan hacia las bajas velocidades, lo que se traduce hasta en los mismos en los planes nacionales de telecomunicaciones y banda ancha, así como en las acciones que están impulsando.
“Si bien es cierto, existe un interés de avanzar en los índices que privilegian la velocidad, también es nuestra tarea fundamental asegurar que la población y, especialmente aquella en situación de vulnerabilidad, tenga acceso”, dijo Edwin Estrada, viceministro de Telecomunicaciones.
Aunque aumentaron los suscriptores y los hogares conectados a enlaces fijos, la mayoría se mantiene en velocidades menores a los 2 Mbps. En buena parte de las viviendas, se ha recurrido a los servicios de Internet móvil, brindados por los operadores de telefonía celular.
Sin embargo, además de que la mayoría de usuarios también obtiene bajas velocidades en móvil, para dar el salto a una economía digitalizada, es clave una mayor penetración y cobertura de los enlaces fijos de alta velocidad.En esa economía digitalizada, más que consumir, la idea es que los hogares y las empresas se vuelquen a la producción de aplicaciones, videojuegos, ventas en línea y uso de servicios en la Red.
Incluso, si fuera para consumo, las velocidades que predominan en el país quedan debiendo. Hacer una llamada grupal de tres usuarios por Skype requiere de un enlace de 2 Mbps de descarga. Ver una película en Netflix de alta definición (HD) requiere de 5 Mbps o ver un video en YouTube de Full HD requiere 4 Mbps.
“Los patrones de uso de Internet del costarricense han crecido significativamente y requieren mayores velocidades”, dijo Norman Chaves, gerente de asuntos corporativos de Tigo.
El resultado es que Costa Rica terminó el 2015 entre los 40 países con las peores velocidades en el ranking de la firma especializada Akamai, donde se descendió de la posición 94 a la 102.
Las estadísticas del Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ya mostraban que en el 2014 aumentó la penetración de Internet, pese a lo cual el país caía del puesto 95 al 97. El descenso se debe a los mayores avances en banda ancha de otras naciones.
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Un reflejo de esta situación es que tres cuartas partes de los centros y de los estudiantes de Costa Rica, cubiertos por el Programa de Informática Educativa, usan enlaces menores a 4 Mbps.
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Tarifas congeladas
Del 2009, antes de la apertura, al 2015, se produjo una disminución del 49% en precios de Internet fijo, provocado en especial por el aumento de las velocidades ejecutado en el 2012 y 2014.
Para la exviceministra de Telecomunicaciones Hannia Vega, eso demuestra que la apertura fue exitosa en su fase inicial. Ahora falta dar el segundo salto con la declaratoria de competencia, de forma que los operadores puedan dinamizar la oferta en planes y tarifas. “Con sus propios informes, la Sutel puede hacer la declaratoria”, recalcó Vega.
La Superintendencia –a contracorriente de la industria– ha sostenido que declarará los mercados en competencia al concluir los estudios que ha contratado.
De hecho, las tarifas de conexiones para hogares y pymes (con un nivel de sobresuscripción de 1:20 y velocidades asimétricas para descarga y para subir datos) muestran un virtual estancamiento en el 2014 y 2015 con reducciones de únicamente 2% y 4%, respectivamente.
La sobresuscripción implica que la velocidad que se obtiene depende de la cantidad de usuarios que están conectados en forma simultánea.
El informe de la Sutel, presentado la semana anterior, confirma que el rango de variación del precio promedio del 2015 en el nivel de sobresuscripción 1:20 “es similar al que se presentó el año anterior”. Además, reconoce que los servicios de mayores velocidades son los de más precios.
La única tarifa que sufre una reducción significativa es el del nivel de sobresuscripción 1:5, pero la misma Sutel advierte que los precios de este y los otros niveles son superiores a los servicios para viviendas y pymes. Están completamente fuera de su alcance.
En el nivel 1:1 (que son simétricos y para clientes corporativos) “es comprensible” que sean más altos, dice Sutel.
Empero, el informe también admite que aquí “los precios promedio a los que se brindó el servicio en el 2015 aumentaron en relación con los que se aplicaban en los dos años anteriores”. El año pasado subieron 3% en general, pero en el 2014 un 54%.
Todo eso lo comprueban los usuarios, que no han obtenido ningún cambio importante en los últimos años: ni aumento de velocidades ni baja en la facturación.
La limitada competencia se traduce en la falta de diferencias significativas en las tarifas y en los planes.
Las tarifas de algunas compañías muestran que la mayoría de las ofertas se mantienen en rangos cercanos (con la salvedad de Cabletica que duplica los precios de los enlaces de 50 y 100 Mbps).
No hay grandes diferencias de precios incluso en los casos de los operadores que despliegan servicios de fibra óptica (con una excepción de Fibernet), pues tienen pendiente generar economías de escala, la cual se generaría con la masificación del servicio.
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), por ejemplo, tiene 60 zonas con servicio mixto de fibra óptica y de cobre y otras 18 zonas con servicio de fibra óptica “a nivel nacional”.
La escasa diferenciación también se ve en casos como el de Telecable, que aumentó las velocidades a los clientes, sin cambiarles la tarifa pactada, a finales del 2015.
¿Vienen mejoras?
Atados a la decisión de la Sutel sobre la declaratoria de competencia del mercado y a los costos de tráfico internacional, los operadores realizan esfuerzos e inversiones para mejorar la situación.
El viceministro Estrada indicó que desde la rectoría se agilizará la construcción de infraestructura, cuyo plan fue presentado en abril pasado.
No está clara todavía la viabilidad de un proyecto de una red de fibra óptica impulsado de forma separada por Marcelo Jenkins, ministro de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones.
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Estrada también recordó que la rectoría espera incorporar a los operadores de mayor tráfico al Punto Neutro de Intercambio (IXP), impulsado por NIC de Costa Rica, que pertenece a la Academia de Ciencias y gestiona los dominios “.cr” de los sitios web.
El IXP permitiría reducir el tráfico de datos hacia fuera del país, facilitando que las comunicaciones vía Internet entre usuarios locales no tengan que salir y que cuando se visita una página web global se guarde el caché o memoria para que esa consulta tampoco salga. Eso aceleraría las comunicaciones, reduciría la latencia y disminuiría los costos internacionales precisamente.
Según Rosalía Morales y Mauricio Oviedo, directora ejecutiva y jefe de tecnología de NIC, respectivamente, el impacto es de hasta el 70% de los costos.
Ya hay 15 operadores y 5 centros de datos conectados al IXP. Sin embargo, el ICE se resiste a integrarse al proyecto, aduciendo que requieren “negociar facilidades técnicas” y pese a que admite no tener limitaciones técnicas.
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Los operadores como Tigo, Telecable, Fibernet, Coopeguanacaste, la Junta de Administración de Servicios Eléctricos de Cartago (Jasec) y el mismo ICE afirmaron que realizan esfuerzos con nuevas inversiones en tecnología, más eficiencias y en el modelo de negocios para brindar más velocidades y “a precios justos”.
Empero, en lo inmediato, la perspectiva no es alentadora dado que, para varios de ellos, los precios, descuentos y velocidades son “sumamente favorables”.
Cinco claves del estancamiento
Intervención de Sutel
El regulador ha tardado en declarar la competencia en el mercado, pues es el que define los pliegos tarifarios, que frenan innovación en oferta.
Costos de operación
Las redes de cobre y coaxial tienen costos de soporte y mantenimiento superiores a las redes de fibra óptica. Hay que añadir costos de operación.
Costos infraestructura
Los atrasos y los precios de arrendamiento de postes de distribución eléctrica incrementan los costos de las redes fijas.
Fibra óptica incipiente
Conforme se expanden las redes de fibra óptica, se reduciría el peso relativo de los costos de operación, lo que se traduciría en la oferta.
Costos internacionales
El precio de los canales internacionales, en especial del segmento cubierto con cable submarino, impide nuevas mejoras en las tarifas de Internet.
Poca incorporación a IXP
La reducción del tráfico internacional se podría hacer con el Punto de Intercambio (IXP), pero hay operadores, incluyendo al ICE, sin sumarse.
Planes públicos
Los planes nacionales de telecomunicaciones y de banda ancha se enfocan en la brecha digital y enlaces de baja velocidad.
Falta de incentivos
No hay inventivos para que operadores de telecomunicaciones ofrezcan planes de mayores velocidades a mejores precios.