
Parecía un juego en Facebook , donde el usuario ingresaba, esperaba y le salía la foto del famoso al que se parecía. Hasta más de un famoso quería saber si se parecía a sí mismo y de esa forma confirmar que era famoso.
Al rapero NE-YO le fue bien. El resultado: él mismo . Igual le pasó al rapero y productor ASAP Rocky. Alivio para ambos músicos. Al actor Orlando Jones (de The Book of Love ) le salió que se parecía a Jeff Goldblum (el de Jurassic Park y Día de la Independencia ). Trágico.
Cada quien podía darse por satisfecho o no. Época de selfies y mostrar hasta el almuerzo o la cena. Los más contentos fueron quienes desarrollaron la aplicación, pues obtuvieron millones de datos (nombre, fotos, edad, sexo, idioma, país, lista de amigos, dirección de correo electrónico y likes ) para luego promocionar productos y vender esos datos.
También las apps Lo mismo pasa con las aplicaciones móviles que descargamos. Cada app pide acceso a sus datos.
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Usted descarga una buena cantidad de apps , usa menos de diez aplicaciones y así termina regalando su información (contactos, ubicación, teléfono y hasta el acceso a cámaras, sensores corporales y al micrófono).
Con el acceso al teléfono móvil se autoriza a leer el estado del teléfono, saber el número, conocer el histórico de las llamadas, añadir mensajes de voz, gestionar llamadas y redireccionarlas a otro número, y hacer llamadas a servicios de pago sin nuestro consentimiento.
Según la firma de seguridad Kaspersky en España solo 47% de los usuarios se preocupan por ajustar la configuración de las apps y apenas 25% rechaza instalar una aplicación. No creo que en Costa Rica andemos mejor .
¿Quiere seguir entregando datos? Siga utilizando las apps y dando permisos sin límites. Pero puede evitar usar las aplicaciones como la de a quién se parece o cuáles son sus mejores amistades y puede gestionar esos permisos peligrosos .