Al experimentar la semana anterior las presas causadas por la manifestación de taxis contra Uber, vimos en tiempo real como una tecnología disruptiva afecta la industria de transporte de personas.
Parece cumplirse la definición de innovación disruptiva de Clayton Christensen, quien la describe como aquella innovación que puede crear nuevos mercados y redes, desplazando a las firmas establecidas, sus productos y alianzas.
Christensen, además, definió la innovación disruptiva como una fuerza positiva.
Con Uber, los usuarios perciben en general una mejoría en precios, servicio y en el caso de la huelga, hasta una mejor gestión del conflicto por parte del Gobierno.
En la próxima década, las organizaciones tendrán que estudiar cómo la innovación disruptiva, más que percibirse como amenaza, puede llegar a ser fuente de oportunidades y crecimiento.
En una reciente publicación de la firma de servicios profesionales EY, titulada “El lado bueno de la disrupción”, se describen las megatendencias actuales. Las nuevas tecnologías, más globalización y una demografría cambiante son las fuerzas que impulsan estas megatendencias.
DESCARGUE el informe The upside of disruption de EY
Por ejemplo, la introducción de más procesos automatizados por computadoras, liberando no solo tareas básicas, sino dando la posibilidad a las personas de trabajar de manera independiente. También, existirá una mayor concentración de la población mundial en las ciudades. Una mayor densidad en las urbes obligará a las poblaciones a buscar soluciones en la eficiencia, sostenibilidad e implementar un mayor uso de la tecnología.
Por último, el estudio difiere con la percepción de que contamos con recursos limitados, ya que propone que mediante innovaciones disruptivas, el mundo más bien es abundante en recursos.
Nadie conoce con certeza cómo será el mundo en una década, pero es responsabilidad de nosotros identificar las oportunidades.
¿Y usted, cómo cree que puede aprovechar estas oportunidades?