Mientras unos fabricantes impulsan los dispositivos en el campo de la tecnología del vestir o wearables, otros hacen demostraciones de aplicaciones en las futuras redes de quinta generación (5G) en el Congreso Mundial del Móvil, que se realiza esta semana en Barcelona, España.
Este es el caso de la prueba de conducción remota probada por el operador español Telefónica y el fabricante sueco de redes Ericsson.
Entre los wearables que se están mostrando en Barcelona hay relojes inteligentes, pulseras medidoras del ejercicio físico y otros dispositivos que tienen buenas ventas, pero que muchas veces terminan olvidados en el fondo del cajón una vez el usuario pierde la ilusión por la novedad.
"El abandono es el gran problema de los dispositivos", dice Mike Pedler, jefe de la sección de innovación y desarrollo de productos de PricewaterhouseCoopers (PwC). "Es algo con lo que todo el mundo implicado en el diseño y la producción de artilugios ponibles está lidiando".
Con las ventas de teléfonos inteligentes estancándose, muchas empresas tecnológicas desviaron su atención hacia accesorios inteligentes esperando que sean la futura gran fuente de ingresos.
Huawei, el tercer fabricante mundial de teléfonos, presentó un nuevo reloj inteligente en Barcelona, con un estilo más deportivo. El primero lo había lanzado hace dos años.
Decenas de dispositivos similares, desde pulseras que miden el ritmo cardíaco hasta calzado conectado a GPS se exhiben hasta el jueves en este Congreso.
CCS Insight prevé que en 2020 se venderán 411 millones de estos productos –incluyendo cascos de realidad virtual y de realidad aumentada, así como cámaras personales– contra 123 millones en 2016.
Pero un tercio de sus usuarios los abandonan al cabo de seis meses, de acuerdo con la consultoría Endeavour Partners.
Según un informe de PwC, por ahora la mayoría de artículos no pasarían el 'test de la media vuelta', característico de los productos por los que el usuario vuelve a su casa si se da cuenta que lo ha olvidado cuando va al trabajo.
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Conducción remota en 5G
Por su parte Ericsson y Telefónica realizaron una demostración donde se utiliza la red de prueba 5G para conducir un vehículo en el circuito de pruebas de Idiada en Tarragona, operado en remoto desde sus stands en la Fira, el lugar donde se realiza el Congreso Mundial del Móvil en Barcelona.
Una de las aplicaciones más avanzadas de la llamada “comunicación háptica” (también conocida como “Internet táctil”) es la posibilidad de controlar máquinas, incluidos vehículos, a través de conexiones inalámbricas.
Con el fin de abordar los retos técnicos que esto supone, Telefónica y Ericsson mostraron la capacidad que tiene la tecnología 5G de ofrecer una experiencia basada en la percepción “inmersiva” de la realidad, frente al concepto más tradicional de conectividad.
La demo utiliza el espectro de alta frecuencia de 15 GHz, con haces ultraestrechos que monitorean los automóviles desde la estación base 5G, situada a 70 kilómetros en el circuito de pruebas de Applus en Idiada.
Según las firmas, así se garantiza la fiabilidad y latencia ultrabaja de la red de transporte que conecta los automóviles con la Fira. Varios vídeos en 4K suministran una percepción sensorial con todo detalle al conductor remoto.
Para Telefónica y Ericsson la prueba demuestra el potencial del 5G para descubrir nuevas oportunidades en el mercado, como en el sector de automotriz, que pueden revolucionar el control del tráfico de múltiples formas.
Ericsson sigue avanzando en sus pruebas con 5G.
De hecho ya cuenta con cerca de 30 acuerdos para la investigación de 5G con operadores de diferentes países, incluyendo AT&T y Verizon en Estados Unidos.
El fabricante sueco espera que para el año 2026 habrá una oportunidad de mercado valorada en $582.000 millones, ligada a la digitalización de la industria apalancada sobre la tecnología 5G de los operadores de telecomunicaciones.
Para los operadores, esto también representaría un potencial de crecimiento del 34% en ingresos para aquel año.