La ingeniera en diseño de producto Vanessa Chacón Vargas trabajó cinco años en una mueblería en Palmares como asesora de ventas y, aunque la empresa en la que laboraba le parecía “increíble”, tenía deseos de independizarse y crear su propio negocio.
Antes de dar el gran paso, examinó qué asuntos le apasionaban y uno de ellos era el diseño de modas, una carrera que siempre quiso estudiar.
Apostó por incursionar en el diseño de textiles que rescataran de alguna manera la identidad tica y que, al ponerse la prenda, quien la usara portara un pedacito del país, sin importar donde estuviera.
Dada la belleza de las carretas típicas, quiso idear ropa que plasmara los vivos colores de estas.
Por ejemplo, las personas fuera del país podrían tener un recuerdo de este símbolo patrio.
Entre tanto, aquellas personas que nunca vieron una en las calles, llegarían a conocerlas.
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Así surgió su emprendimiento textil y cultural El Canto, concretamente en diciembre del 2016.
Renuncia y formación de equipo
Vanessa renunció a su trabajo y se alió con Luis Madrigal, un pintor dedicado a la ornamentación de carretas en Sarchí, y con Daniel Ramírez, un diseñador gráfico también de Sarchí, conocedor de esta tradición.
Entre los tres aportan los elementos necesarios para idear los productos, que se enfocan principalmente en pañoletas grandes y pequeñas y pañuelos, con estampados de este antiguo medio de transporte.
Las creaciones se dirigen tanto a los hombres como a las mujeres.
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Recientemente, incursionaron en la confección de vestidos, que cuentan con pequeños detalles de las carretas, y en la elaboración de corbatas y faldas.
Dentro de sus principales clientes se encuentran funcionarios gubernamentales, quienes adquieren las prendas para obsequiarlas como un recuerdo del país.
Igualmente, comercializan los textiles entre grupos folclóricos y consumidores que asisten a ferias de negocios.
Actualmente, la pyme vende por medio de Facebook, en la tienda Me Extraña en Barrio La California (San José) y en la Boutique Ocasiones (en Naranjo de Alajuela).
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En este momento, busca expandirse hasta otras tiendas interesadas en este tipo de accesorios y vestimenta, especialmente en la Gran Área Metropolitana y en zonas turísticas del país.
Vanessa le recomienda a los emprendedores ser muy disciplinados y buscar oportunidades para hacer crecer su negocio las 24 horas al día.
Además, aconsejó no subestimar el networking que puede generarse en un evento, ya que por medio de los contactos las empresas tienen la posibilidad de conquistar nuevos horizontes, concluyó la joven de 30 años.