Mientras cursaba sus estudios de diseño de modas, allá por el año 2005, a Lina Rodríguez Vargas se le ocurrió obsequiarle a su novio Javier un peluche diferente, que fuera una representación de él.
Como era estudiante, y constantemente estaba experimentando, tenía todos los insumos para crear una figura interesante: telas, botones, hilos, espuma, gasillas.
Pero este peluche no iba a ser el típico osito uniforme y ‘perfecto’ que se regala en San Valentín o en los cumpleaños, sino que iba a tener una forma y diseño fuera de lo normal.
Sería una versión “monstruosilla” de quien hoy sigue siendo su pareja.
Mientras Javier se encontraba en Perú visitando a su familia, pues es originario de dicho país, Lina aprovechó para moldear el obsequio y, a su regreso, se lo entregó.
A partir de ese momento, esta artista fue desarrollando otros ‘monstruos’ de peluche basados en sus amigos. Eso se convirtió en un pasatiempo.
Poco a poco, más personas se toparon con sus creaciones y empezó a llamar la atención de las tiendas de diseño nacional, cuyos propietarios la contactaron pues estaban interesados en vender sus productos.
Un desafío a lo convencional
Llegó el momento en que la emprendedora decidió trabajar en diferentes colecciones, un poco más estandarizadas y ya no tanto inspiradas en su círculo de amigos.
Eso sí, los productos tendrían algunas características que serían su sello personal, como que fueran diseños únicos, que no resaltaran esa estética comercial o tradicional donde todo es perfecto y simétrico.
Se trataría de peluches más manuales, raros y lejos de lo convencional, pero que a su vez fueran atractivos.
En 2009 ella decidió convertir este proyecto en un negocio. Al inicio le dedicaba medio tiempo.
A su empresa la denominó Nomellamo, pues el proceso funciona como cuando se adquiere una mascota, en la que esta no tiene ningún nombre y se le pone uno.
"Ellos son como una especie de bichillos", explicó Rodríguez. "Cada persona los escoge, se encariña con algunos y le tiene que poner nombre".
En el año 2012 el interés en su emprendimiento creció más, así como su cantidad de clientes, y se entregó de lleno a él.
La pyme se ha ido desarrollando y hoy comercializa sus productos en distintos comercios nacionales, como Kiosco San José dentro del restaurante Kalú, la Tienda eÑe, Tienda Carmen, Artflow Galería en Avenida Escazú, Deaquí y deallá, y Tienda Espacio, al igual que en hoteles y otros sitios.
En el año 2014 empezó a vender sus productos en las tiendas de Café Britt, lo que le dio un impulso importante a su empresa y mayor estabilidad.
Colecciones
Hoy este negocio cuenta con varias colecciones.
Una hace alusión a animales que hay en Costa Rica como el oso perezoso, el oso hormiguero, el tiburón martillo, la serpiente bocaracá, la danta, la tortuga baula, el congo, el pizote, el tucán y el cocodrilo.
Hay otra que rescata las leyendas costarricenses y así usted puede encontrar a El Cadejo, La Segua, La Llorona, La Tulevieja y el Mico Malo.
Otra colección toma como musa al oso perezoso y en festividades especiales ─como Halloween, por citar un ejemplo─ los monstruos utilizan disfraces que hagan referencia a estas.
Más allá de los peluches, se confeccionan bultos grandes, loncheras, estuches, monederos, llaveros, mantas para recién nacidos y más, siempre con la imagen de los 'monstruitos'.
Igualmente, se brinda el servicio de hacer personajes de peluche para empresas que los requieran.
Nomellamo forma parte de diez pymes de diseño que recibirán asesoría y recursos para innovar del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), de la cooperación financiera de la República Federal de Alemania y de la Unión Europea.
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Lina no se queda quieta y tiene muchísimos planes. Quiere vender en Amazon este año y comercializar así sus productos en el mercado estadounidense y canadiense.
Para el próximo Festival Internacional de Diseño ─que arrancará el 10 de marzo─ venderá algunos peluches basados en personajes famosos que fallecieron en el 2016, como David Bowie, Prince y George Michael.
Además, quiere fundar un centro especial dirigido a niños y a sus familias, en el que estos puedan crear peluches y desplegar su creatividad. La idea es que se otorguen varios servicios y muchos más talleres de los que ofrece actualmente.
A su vez, planea fundar su propia tienda en este espacio.