Manuel Quesada y Sharon Solís se conocieron en el hotel guanacasteco en el que trabajaban, él como chef ejecutivo y ella como gerenta de alimentos y bebidas. Ahora tienen su propio negocio de comida "callejera".
Ya tenían experiencia acumulada al laborar en otros hoteles y restaurantes. Siempre había existido un interés de independizarse y establecer su propio negocio.
Manuel, quien trabaja desde los 17 años en el campo de la cocina, quería montar un food truck y Solís un bar.
Cuando salían a comer, allá en Guanacaste, imaginaban lo que podría ser su empresa y fueron fusionando sus ideas.
"¿Qué tal montar un restaurante en el que la gente pudiese tomar cervezas acompañadas de una comida rica, como hamburguesas y nachos (lo que se conoce como comida callejera)?", se decían.
Tiempo atrás, antes de ir a vivir a Guanacaste, Sharon estuvo a punto de abrir un bar en Alajuela, de donde es originaria. Al final esto no se dio porque no le otorgaron la patente que requería, ya que el establecimiento se ubicaba en una zona residencial.
Transcurrieron los meses y ya trabajando en Guanacaste, sus papás le contaron que se estaba construyendo una plaza gastronómica en Alajuela, en un buen punto comercial.
Ella se lo comentó a Manuel.
Había llegado la oportunidad que esperaban y decidieron presentar su renuncia en noviembre del 2016.
Dejaron atrás un trabajo estable que les pagaba bien, y las garantías laborales, para ahora entrar a un terreno un tanto incierto: construir su propio emprendimiento.
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Manuel considera que ese era el momento idóneo pues, si se posponen los sueños, llega ese instante en el que la persona no se anima y se estanca.
Hicieron el período de preaviso e inmediatamente iniciaron los trámites para abrir el local, cuyo diseño iba a tener la particularidad de que se emplearían tres contenedores, para simular un camión de comida o food truck y que la gente comiera como si estuviera en la calle.
Inauguraron el restaurante La Calle - Beer & Street Food el 23 de diciembre pasado, en Plaza El Patio (ubicado en el barrio La Tropicana, a la entrada del centro de Alajuela).
Comida ‘callejera’ y la experiencia de emprender
Los alimentos que se venden son de rápida preparación, pero elaborados de una forma más sofisticada, pues nada está precocinado.
Se ofrecen varias opciones de hamburguesas, hechas de tortas de lomito de res, los panes son de masa madre, sin levaduras artificiales, y ellos mismos elaboran los aderezos.
También ofrecen nachos, tacos de pulpo, papas tipo gajo y ya empezaron a vender cortes de carne y añadirán la lasaña vegetariana dentro del menú.
Las bebidas que ofrecen se concentran principalmente en cervezas artesanales y las cervezas comerciales.
Dado el crecimiento que han tenido, ya cuentan con tres cocineros y en setiembre esperan habilitar un segundo piso, pues los fines de semana el restaurante se llena mucho.
A causa de la alta demanda que han venido teniendo, ahora cuentan con servicio a domicilio.
A final de año, esperan abrir un segundo local, que muy posiblemente estará situado también en Alajuela.
El haber emprendido ha sido una experiencia dura, en la que han vivido los altos y bajos que se dan en los comercios y, cuando suceden inconvenientes, saben que deben actuar pronto.
Por ejemplo, hace algún tiempo el datáfono (dispositivo para hacer cobros con tarjeta) se dañó y había muchas personas en el negocio, por lo que tuvieron que buscar una solución.
Aún con todos estos eventos, sus fundadores aseguran que emprender ha sido algo “gratificante”, que no cambiarían.