¿Trabaja más de 12 horas diarias y, cuando llega a su casa, sigue trabajando? ¿O se le ha hecho una costumbre desvelarse todos los días para cumplir con trabajo extra? ¿Se han visto afectadas sus relaciones interpersonales a causa de su obsesión por trabajar todo el tiempo?
La adicción al trabajo en su propia empresa, suya y de sus colaboradores, no debe celebrarse. Muchas veces se felicita a las personas que incurren en este tipo de conducta y hasta muchos son designados como empleados del mes, pues a cualquier jefe le sirve tener un empleado así. Pero, se trata de un asunto serio que, a la larga, puede llegar a afectar la salud de una persona y mermar su productividad, en lugar de incrementarla.
Esta situación puede sucederle a empresarios de pequeños negocios, pues a falta de personal tienden a dedicarse a realizar todo el trabajo por ellos mismos o no les gusta delegar funciones.
"No tienen paz en ningún momento de su vida", dijo Sánchez.
Efectos sobre la salud
La trabajadora social, quien se dedica a trabajar en temas relacionados con los factores psicosociales de riesgo en el trabajo, indicó que al no haber períodos de desconecte, la persona está constantemente en alerta y probablemente se va a desgastar mucho más en el ámbito físico y mental.
"Es como encender una vela por los dos lados, me va a alumbrar. Yo voy a sacar mucho trabajo, pero va a llegar un momento en que se desgaste, porque estoy sobre-ejecutando una labor, no hay descanso", ejemplificó la trabajadora social.
Allan Rímola Rivas, director de la Secretaria Técnica de Salud Mental, señaló que existe una relación intrínseca entre el trabajo y la salud mental.
El médico salubrista explicó que el exceso de trabajo puede provocar el síndrome de burnout, en el que a causa del estrés laboral y de la presión la persona trabaja más, pero baja su rendimiento laboral y también afecta sus relaciones familiares.
Nury Sánchez añadió que en estas condiciones la persona es más propensa a cometer un error: puede sufrir un accidente laboral o incurrir en un yerro grave en el trabajo que tenga consecuencias serias.
Rímola también mencionó que una persona adicta al trabajo puede padecer trastornos de sueño como insomnio o también hipertensión arterial.
Debido a que la persona no descansa suficiente ni se alimenta bien, sus defensas pueden verse disminuidas: un simple catarro le afecta más.
"Pueden desarrollar enfermedades crónicas, pueden desarrollar diabetes, trastornos de ansiedad, trastornos de la condición alimenticia, algunos bulimia, otros anorexia. La persona puede desarrollar problemas en el sistema renal, en el sentido de que estas personas -por la misma situación- no se alimentan correctamente ni tienen una adecuada hidratación, entonces su rinón trabaja más que en otras personas", detalló el médico.
¿Qué hacer?
El motivo por el cual una persona se convierte en adicta al trabajo se puede deber a su personalidad, a que se desarrolló en un ambiente en el que le exigían mucho o puede ser que la persona padezca un trastorno obsesivo compulsivo.
Sánchez recomendó buscar ayuda profesional para resolver esta adicción, pues si el problema se origina desde la niñez y la persona siempre ha tenido esta conducta o se busca llenar un vacío o carencia con el trabajo, no será fácil erradicarla. Pero, sí es posible resolverla.
Algunas recomendaciones básicas para mermar esta práctica son: no llevarse trabajo a la casa; tratar de desconectarse de Internet; dejar de lado, aunque sea por un rato el celular; dedicar tiempo a cosas que le gustan que no estén ligadas con el trabajo; hacer ejercicio físico; tener un mayor contacto con la naturaleza.
Prevención
Por otra parte, las empresas pueden tomar acciones para reducir este tipo de comportamientos.
Rímola recomendó a las pymes implementar algunas medidas sencillas como que sus empleados tomen diez minutos al día para realizar ejercicios de relajación.
"Esto permite liberar el estrés, puede ser sentado en su mismo puesto de trabajo", dijo el salubrista.
Según él, esto genera una mejoría importante de productividad en los empleados.
Por su parte, Sánchez mencionó que las empresas pueden establecer estructuras de salud ocupacional, que sean interdisciplinarias y que se enfoquen tanto en los riesgos físicos que enfrentan los trabajadores, como en los psicosociales.
"Cuando la empresa posee más de diez trabajadores tienen que crear las comisiones de salud ocupacional, que es es una instancia entre el patrono y el trabajador que busca ayudar a disminuir los riesgos. Cuando tienen más de 50 trabajadores tienen que tener dos figuras: la comisión y, además, un profesional en salud ocupacional, que vaya a atender los programas", recomendó la trabajadora social.
Tanto en el Consejo de Salud Ocupacional como en la Secretaría Técnica de Salud Mental le ofrecen apoyo a las empresas sobre este asunto, para generar prevención y ayudar a enfrentar este tipo de problema.