El miércoles 18 de febrero, el Ministerio de Hacienda y el Banco Central hicieron su acostumbrada presentación del Plan de Endeudamiento para el 2015, el cual no contiene mayores cambios con respecto a lo esperado. Hacienda continúa con el enfoque basado en colocaciones en el mercado internacional y canjes de deuda anticipados en el mercado local, con el fin de no presionar las tasas de interés en el cortísimo plazo.
Iniciando esta presentación, el director de Estudios Económicos del BCCR, Róger Madrigal, señaló que el “mayor déficit del Gobierno Central no generó presiones sobre el mercado financiero local”, aseveración carente de sustento, lo que externé de inmediato.
En un curso de teoría monetaria básica, uno de los aspectos que se enseña es la interpretación de la forma de las curvas soberanas; estas curvas representan la referencia básica a cada plazo del costo de fondeo de un país, o sea, cuánto le cuesta al gobierno salir a captar a diferentes plazos. La forma de esas curvas brinda información clara sobre las expectativas del mercado respecto a las tasas de interés.
Una curva invertida indica que el mercado espera que las tasas de interés de corto plazo bajen; una curva empinada indica que se espera que las tasas aumenten, y una curva con una pendiente “normal” sugiere que no hay expectativas de grandes cambios en las tasas de interés.
Cualquier observación sobre las implicaciones del déficit fiscal debería contemplar como mínimo una observación de la curva, situación que no dudé en señalarle al señor Madrigal: ¿cómo un empinamiento de la curva soberana ( spread 1año/5años) de 350 bp no dice nada al respecto? El spread es la diferencia entre dos tasas de intéres, para el caso de Costa Rica la actual diferencia entre pedir dinero a 1 año plazo (6,0%) y pedirlo a 5 años (9,5%) es de 3,50%, o sea, 350 bp. Lo que nos dice que las personas prefieren refugiarse en el corto plazo (1 año a 6%), o sea, ¡el mercado espera mayores tasas!
Método científico
Al no hacer una tarea básica (i.e. observar la curva), por parte del Banco Central, se trató de disimular la situación con las colocaciones en el mercado internacional y los canjes, que son parches temporales, pero lo peor de la respuesta del representante y Director en jefe de las investigaciones de nuestro ente emisor fue su argumento de que no se esperan tasas más altas.
Según él, durante los últimos meses del 2014 existieron excesos de liquidez que ya no se presentan, situación “suficiente” para permitirle probar la hipótesis de que esa liquidez esperaba mayores tasas y ya no las espera.
La transformación de plazos, principal razón de existencia de los bancos, se basa en principios muy sencillos, uno de ellos es separar los recursos de cortísimo plazo (inestables) de los de mediano y largo plazo (estables). Por ejemplo, si un familiar le da a guardar a usted ¢100.000 para que se los devuelva en 15 días, usted sería muy irresponsable en invertir esos ¢100.000 a 1 año plazo.
Un banco tiene que hacer esa misma tarea y cualquier análisis de estacionalidad le indicaría a usted que en los últimos meses de cada año entran recursos de cortísimo plazo, con los cuales usted no contará dentro de uno o dos meses.
Una breve investigación hubiera sido suficiente para rechazar la hipótesis inicial de que esos recursos que ya hoy no están dicen que no se esperan tasas más altas, pero el método científico y la compresión base de la transformación de plazos no se presentaron. Algo preocupante tratándose de nuestra autoridad monetaria.