¿Alguna vez brincó sobre charcos después de llover intensamente o formó parte de una guerra con bombas de agua? Si es así, sabe lo divertido que es jugar con agua.
Esa forma de entretener se ha vuelto un buen negocio. ¿Cómo? A través de la puesta en marcha de amplios parques acuáticos, que por ahora son pocos, pero dejan cifras positivas a sus dueños.
Kalambú Hot Springs, en San Carlos, y Villas Fantasía, en Orotina, son dos complejos que operan en el país y que atraen, cada mes, miles de visitantes, tanto nacionales como extranjeros.
Otros proyectos se alistan en Turrúcares y en Bagaces.
Kalambú Hot Springs cumplirá un año de estar funcionando en setiembre próximo y hasta el momento reporta una visitación que varía entre las 4.000 y 6.000 personas mensualmente.
“Los parques acuáticos son un buen negocio y en nuestro caso lo es porque estamos en una zona estratégica y nos enfocamos más en el turismo nacional”, explicó Freddy Obando, gerente general del complejo sancarleño.
Esta alternativa se desarrolla sobre un terreno de 2.000 m² de construcción y entre sus atracciones destaca un tobogán de 12,60 metros de altura y 114 metros de longitud.
Asimismo, cuenta con una piscina familiar termal, dos restaurantes, un área interactiva para niños de todas las edades, un bar húmedo, parqueo con capacidad para 150 vehículos, casilleros y duchas, entre otros espacios.
“El parque acuático es un destino turístico innovador, único en su tipo, que conjuga las bellezas escénicas de la zona con grandes atracciones acuáticas, hidrotermales con beneficios para la salud, entre otros”, afirmó Obando.
El costo de ingreso a Kalambú es de ¢13 .000 o ¢16.000 con almuerzo para los adultos, y la entrada para niños vale ¢6.500 o ¢12.000, incluida la alimentación.
Villas Fantasía, por su parte, abrió en el 2010. Se extiende sobre 40.000 m² y entre sus características están tres piscinas, una de ellas con conexión a dos toboganes rectos de 35 metros de largo.
También hay toboganes pequeños, una “piscina seca” con chorros de agua y baldes giratorios. Además, posee dos ranchos grandes, dos medianos y tres pequeños. La empresa estrenó este año una nueva atracción que incluye cuatro toboganes con una altura de 17 metros.
“Es un buen negocio en época de verano y de vacaciones. Nuestro público principal es el nacional pero también tenemos grupos de extranjeros que nos visitan”, dijo Julio Restani, dueño del complejo de entretenimiento.
La entrada al parque acuático cuesta ¢8.000 a los adultos y ¢7.000 a los niños; si se añade la alimentación (que puede ser desayuno, almuerzo y café), los precios oscilan entre los ¢10.000 y ¢14.000.
Otros en camino
El éxito que viven ambos complejos quiere ser replicado por el Parque Acuático Vulcano, en Turrúcares de Alajuela, y el Water Kingdom, en Bagaces, Guanacaste.
El primero de los complejos se desarrollaría sobre un terreno de 60.000 m². El plan definía el inicio de la construcción durante los últimos meses del 2014, lo que estaría cumpliendo según confirmó a EF uno de los socios del proyecto, Minor Arburola.
La primera etapa constará de 35.000 m² desarrollados con dos torres de cuatro toboganes cada una , un río lento de 500 metros de longitud, dos canchas de fútbol playa, área para niños, food court , servicios adicionales, estación de tren y entre otros.
El año pasado, Desarrollo Orinoco anunció que esperaban que el proyecto operara 12 meses después de comenzar las obras constructivas. Sin embargo, el socio de Vulcano no detalló si los tiempos se estaban cumpliendo.
Otro proyecto esperado desde hace poco más de cuatro años, es el Water Kingdom, el cual no había despegado el año anterior por falta de financiamiento.
Según el sitio web, sería construido en un terreno de 220.000 m² y tendría una capacidad de hasta 10.000 personas por día. La inversión sería de $10 millones.
Se intentó conocer el estado actual de este proyecto, sin embargo, no se obtuvo respuesta.