Algunos comercios en Costa Rica están explotando una nueva tendencia y cada vez se deciden a ser "pet friendly" como una forma para llegar al cautivo mercado de amantes de los animales.
Esta modalidad permite que los dueños puedan visitar establecimientos con sus mascotas y que ofrezcan productos y servicios que los animales puedan disfrutar.
Cafeterías, centros comerciales, salones de belleza y otros ya aplican esta política, con buenos resultados, aunque también reconocen que han tenido algunos inconvenientes.
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"Desde que empezó todo el movimiento de la ley de maltrato animal en el país, decidimos mostrar apoyo aplicando en nuestras cafeterías una nueva política de ser un negocio amigable con los animales", asegura Sebastián Rojas, propietario de Café París, ubicado en San Francisco de Dos Ríos y en Lindora.
Rojas afirma que esta política los ha dado a conocer de manera exponencial y que, además la fidelidad de los clientes aumenta y "siempre regresan".
Sin embargo, la decisión de aplicar esta tendencia va más allá del mercadeo. Los propietarios consideran que la empatía con los clientes es una de las razones fundamentales.
Esteban Balmaceda, propietario de la cafetería Wö Kàpi, ubicada en Santa Ana, afirma que a los clientes les agrada que acepten a sus mascotas y recomiendan el establecimiento por el beneficio.
Para él, esta tendencia promueve la comunicación entre clientes que no se conocen, quienes hablan entre ellos a propósito de sus mascotas, fomentando un ambiente agradable en el café.
Empero, no solo pequeños establecimientos cuentan con este servicio agregado.
Centros comerciales, salones de belleza y otros han decidido implementar políticas similares.
"Es una tendencia mundial que los consumidores anden con sus mascotas. Es por esto que casi todos nuestros establecimientos permiten el ingreso de animales. La idea ha tenido buena aceptación y es un beneficio más que ofrecemos a nuestros visitantes", comentó Silvia Urcuyo, gerenta de mercadeo de Momentum Lindora, que insertó esta política en sus desarrollos en el 2012.
Todos estos establecimientos ofrecen además servicios agregados para los animales. Artisano, un restaurant ubicado Momentum Lindora, brinda galletas para perros y tazas de agua especiales para que estos acompañantes se sientan como en casa.
Oferta única
Con la incursión de esta tendencia, los propietarios andan en busca de nuevas opciones. Es por esto, que Alexander Castilla, propietario de Rey Cacao Helados, en Barrio Aranjuez, creó un establecimiento que ofrece helados para humanos y para mascotas, formulados por especialistas en nutrición animal y avalados por Senasa.
"La inspiración de la heladería es nuestra mascota y por esto, creamos una opción para que la familia completa –incluyendo las mascotas– puedan disfrutar de sabores únicos, pero sobre todo seguros para los animales", comenta Castilla.
La heladería, que cuenta con más de 15 sabores para humanos y dos sabores caninos, ofrece también toppings para los helados de los animales, cuya porción debe tener una medida exclusiva.
Castilla afirma que el 95% de los clientes que los visitan los fines de semana asiste con sus mascotas y que los nuevos clientes llegan por recomendación de otros que ya han visitado la heladería anteriormente.
Sin embargo, ofrecer estos servicios genera un reto para el negocio. "Locales comerciales como estos requieren que la selección de la locación sea meticulosa y complicada", comentó Castilla.
Los procesos de aseo y limpieza de los establecimientos deben redoblarse para que sean aptos para todos. También implica tener más personal preparado para trabajar con mascotas, además que los establecimientos deben tener infraestructura segura y apta para que los animales los visiten sin ningún riesgo.
Rey Cacao Helados abrirá este año su segunda tienda en el Centrocomercial Galería, en Escazú.
Pros y contras
A pesar de que esta tendencia tiene grandes beneficios para los negocios, también posee algunas desventajas.
Los propietarios consultados concuerdan que una de las desventajas es que algunas personas no simpatizan con los animales, por lo que puede resultar incómodo.
Rojas afirma que otros clientes "se han visto en la necesidad de abandonar el lugar porque sus animales no simpatizan con otros animales o personas".
El espacio también resulta una desventaja al tener muchos visitantes de cuatro patas, además de que se requiere extremar las medidas de seguridad para evitar inconvenientes.
Para los propietarios, lo principal es que los dueños sean responsables con sus mascotas y que reconozcan cuando un perro no es sociable con otros, para evitar inconvenientes en los establecimiento.