Puntarenas fue, entre el 2005 y 2011, la provincia más afectada por los efectos del cambio climático, con pérdidas calculadas en $164,5 millones.
La segunda zona más golpeada es la capital, principalmente por el impacto en su red vial, con $152 millones; le sigue Guanacaste con $142,7 millones.
En esos seis años, el país en general ha sufrido pérdidas como consecuencia de los efectos del cambio climático de $1.130,02 millones, según el primer análisis sistematizado de los daños provocados por fenómenos naturales.
Se tomaron como referencia los planes reguladores de atención de emergencias de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE). El diagnóstico fue posible gracias al convenio entre el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Ministerio de Planificación (Mideplan) en el 2010.
Los datos fueron dados a conocer por Roberto Flores, encargado de cambio climático y gestión de riesgos de la Secretaría Ejecutivo de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa), órgano adscrito al MAG.
Flores participó en un seminario sobre adaptación al cambio climático, organizado por la Academia de Centroamérica.
“Los episodios en Caldera ya se dan con más frecuencia”, recordó, por su parte, William Alpízar, director de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente.
Con lo anterior, se refiere a la recurrencia de olas grandes y tormentas que llevan agua de mar, arena y sedimentos hasta la carretera y casas.
Basados en el estudio, se puede deducir que, de esos $1.130,02 millones en daños directos, $710,65 millones fueron producto de variaciones hidrometeorológicas y $419,38 millones por efectos geotectónicos.
Las zonas más impactadas en ambos casos son las rurales: en lo climático con 42,7% y por causas telúricas en un 92,4%.
Región vulnerable
Para nadie es un secreto que, a pesar de que el aporte del país a las emisiones globales de dióxido de carbono ronde apenas el 0,1%, la zona geográfica donde está situado es de alta vulnerabilidad.
El mundo se calienta cada vez más: en Centroamérica las variaciones máximas desde 1900 han sido de 1°C y, como dijo Luis Fernando Alvarado, del Instituto Meteorológico Nacional, hay señales claras de este impacto, como son los aumentos de temperatura en todo el país, sobre todo en las noches, un aumento inusual de lluvias y frecuentes inundaciones en Limón.
Se estima, además, que entre el 2011 y el 2040, todo Guanacaste podría ver aumentadas las temperaturas entre 1 °C y 1, 5°C con disminuciones de 15% en las lluvias.
En relación con el impacto económico, Flores recalcó que la investigación evidencia que la infraestructura vial ha sido la más golpeada con la mitad de los daños consignados.
El sector agropecuario representó el 16,7%; los ríos, quebradas, diques y dragados se afectaron con 13% y la vivienda con 12,22%.
Otros componentes menos impactados tienen que ver con acueductos y alcantarillados, educación, aeródromo, aeropuerto, salud, sistemas ferroviarios y muelles, entre otros elementos.
Hay tres efectos claros del cambio climático, detalló Alpízar: el aumento de las precipitaciones, aumento de enfermedades y subida en el nivel del mar.
Puentes colapsados
Las secuelas del cambio climático en los seis años de análisis se muestran con notoriedad en la infraestructura vial, siendo San José y Guanacaste las más vulnerables.
En la capital, los daños suman $88 millones, buena parte de los cuales se concentraron en Desamparados y Pérez Zeledón, y en estructuras como puentes, puentes peatonales, superficie de rodamiento, alcantarillas y muros de contención.
En la región guanacasteca, la estimación suma $82 millones.
Ahora bien, el segundo sector con más secuelas recae en el agropecuario con perjuicios por el orden de los $118,9 millones.
En la otra acera están las repercusiones por sequía: desde 1993 al 2009, los efectos totalizaron casi $168 millones, golpeando fuertemente a la agricultura, luego al sector de energía y en menor grado al ambiente, la agroindustria y la ganadería.
Los cultivos más lesionados han sido el arroz, frijol y caña.
Valorizar los efectos del cambio climático, y a partir de los datos, delinear medidas de mitigación y adaptación, no es un tema exclusivo del país.
Wálter Vergara, director de Cambio Climático y Sostenibilidad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advierte que hacia la mitad del siglo, el costo por daños y pérdidas debido al aumento de la temperatura (2°C) alcanzará los $100.000 millones al año en América Latina.
“Sin duda, pueden entorpecer el progreso económico de la región si no tomamos medidas de adaptación”, comentó.
En su criterio, $1 invertido en adaptación previene $4 de pérdidas.