La paradoja de las ciudades eficientes del futuro, es que buscarán inspirarse en las lecciones olvidadas del pasado.
Esos lugares, situados varias páginas atrás en el almanaque, dibujaban una robusta cohesión comunitaria, con trabajos cerca de las áreas de habitación y espacios colectivos para interactuar.
Esa es parte de la escencia e inspiración de los dos grandes proyectos que Cuestamoras anunció recientemente y, por los cuales, este semanario otorgó a su fundador, Rodrigo Uribe, la meción por inversión como parte del premio Empresario del Año.
Se trata de dos amplias iniciativas. La primera es un complejo híbrido bautizado como Oxígeno y dirigido al entretenimiento, la cultura, el deporte, el juego y la gastronomía. Con sede en San Francisco de Heredia, la empresa ha decidido construir un human playground de casi 200.000 metros cuadrados (poco menos de un tercio del área del Parque Metropolitano La Sabana) que requerirá de una inversión de hasta $200 millones.
No por coincidencia la segunda gran inversión anunciada se localiza cerca de Oxígeno.
El proyecto implica la construcción de una nueva ciudad en La Aurora de Heredia. Santa Verde ofrecerá en una primera etapa 162 apartamentos, un área comercial, plazas y un mercado. En todas sus cinco etapas de desarrollo y en un plazo de diez años, se espera que reúna una inversión similar a la de Oxígeno.
Rodrigo Uribe es presidente de la junta directiva y de un equipo que espera transformar la oferta de urbanismo y ayudar al desarrollo de ciudades “integradas, orgánicas y vibrantes”, como prefiere llamarlas.
Su intención también responde al tejido de un modelo de negocios a largo plazo para la empresa que dirige.
“Lo que constantemente nos recordamos es: si queremos estar aquí dentro de cien años, ¿cómo tenemos que actuar?”, detalla.
Esta inversión es un ejemplo de la puesta en práctica de su leitmotiv . Uribe fue el primer galardonado con el premio Empresario del Año, por su gestión como líder de la Corporación Más por Menos en 1996. Hoy, su enfoque multinegocios le hace considerar nuevos rumbos: la apuesta por otro modelo de ciudad.
“Oxígeno sería un punto importante de referencia en esa dirección. Las comunidades no pueden estar totalmente desmembradas, con las personas atravesando media meseta central para ir a hacer algo,” explica.
Pretenden aportar al desarrollo de un nuevo paradigma sobre la vialidad: evitar que las personas se desplacen, crear otros modelos de ciudad, en lugar de construir más carreteras.
“Sino, van a terminar pavimentando el país”, afirma Uribe.
Categoría Inversión