La gestión de diversos tipos de residuos es una labor a la que se dedican más compañías en Costa Rica, lo cual va de la mano con una ligera mayor conciencia ambiental en la población y el empresariado costarricense.
La cantidad de negocios dedicados al reciclaje de materiales o desechos como los metálicos, el papel, el plástico y otros relacionados, aumentó un 98,2% en los últimos cinco años.
En el 2010, un total de 228 compañías se dedicaban a la recolección de esos residuos, pero actualmente lo hacen 452, de acuerdo con datos de la Dirección General de Tributación del Ministerio de Hacienda (DGT).
Por su parte, firmas con más de un quinquenio en el sector como Recicladora La Calma S. A., Commercial Waste y Soluciones Integrales en Reciclaje S. A. (Solirsa) reportan crecimientos moderados desde el 2010.
Papel y plástico predominan
La mayor cantidad de empresas registrados en la DGT (186), se enfocan en el reciclaje de papel, plástico y relacionados.
Por ejemplo, Recicladora La Calma recolecta metales, plástico, cartón y papel, pero estos dos últimos son los componentes fuertes del negocio.
No obstante, para Carolina Calvo, vocera de la empresa, en general, la actividad es rentable. Del 2010 al 2014, los ingresos brutos de esta empresa aumentaron un 26,5%, y trabaja 4.000 toneladas de desechos por año.
“Brindamos los servicios de recolección y tratamiento de materiales que pueden ser reutilizados una vez vencidos los plazos legales, esto en caso de papelería, o una vez que los materiales cumplieron la función para la que fueron adquiridos”, comentó Calvo.
Commercial Waste es otra compañía del sector que ha logrado mantenerse con un 25% de aumento promedio anual en sus ganancias en el último quinquenio.
“Sin embargo, en los últimos periodos, por la contracción de la economía a nivel mundial y local, hay una tendencia a un crecimiento mucho mas moderado”, mencionó el gerente general, Néstor Luis Pérez.
Los servicios de Commercial Waste se concentran en alquiler de equipos contenedores, transporte, reciclaje y disposición final de residuos sólidos.
Su cobertura es a nivel nacional, aunque el grueso de sus operaciones está en la Gran Área Metropolitana.
“Procesamos un promedio de 160 toneladas diarias de desechos industriales y comerciales en recolección, transporte y disposición final. Estimamos que la tasa promedio de reciclaje ronda un 30% de los desechos que manejamos”, comentó Pérez.
De las empresas identificadas por Tributación, la segunda categoría con mayor presencia en suelo nacional son las recicladoras de desperdicios y desechos metálicos, con 165 negocios.
En esta área, Solirsa trabaja desde el 2011, específicamente en la recolección y reciclaje seguro de residuos electrónicos y luminarias de bajo consumo, ofreciendo trazabilidad de los residuos.
El 90% de los materiales se exporta para su disposición final o para crear nuevas materias primas a su socio internacional Sims Recycling Solutions, informó el gerente general de Solirsa, Jose Domenech.
Empero, para Domenech, la rentabilidad es muy baja en todos los rubros por poca cultura de pagar por el servicio y, especialmente, por la baja dramática en los precios internacionales de los materiales en el último año.
No obstante, agregó que, pese a la coyuntura compleja, desde el inicio su empresa ha logrado mantenerse en el mercado, gracias a la calidad del servicio y la confianza de los clientes.
En este momento, esa compañía trabaja más de 200 toneladas anuales.
Poco más de conciencia
Los empresarios inmersos en esta actividad perciben que, tanto en la ciudadanía como en el empresariado costarricense, se han dado algunos, pero no suficientes pasos, respecto a la conciencia ambiental y la importancia de reducir, reutilizar y reciclar (conocidas como las tres R).
Néstor Pérez, de Commercial Waste, observa mayor conciencia desde que su empresa inició operaciones (2008), no solo a nivel de demanda del servicio, sino en la aplicación de las tres ‘R’.
“Creo que a nivel municipal se debe incentivar con más fortaleza la separación de los desechos en origen y seguir de manera sistemática con campañas de educación ambiental”, dijo.
Para Carolina Calvo, de Recicladora La Calma, la conciencia ambiental aún es poca, deficiente y hasta “conveniente”.
“Costa Rica aún está en pañales en este tema. Hay muchos materiales que nosotros, los gestores ambientales, no podemos recibir porque no hay dónde colocarlos, no existe quién lo procese o los exporte”, manifestó.