Ir almorzar a un centro comercial o a la plaza de comida ya no es la única opción en nuestro país.
Un nuevo modelo de camiones de comida propone preparaciones rápidas de platos en espacios abiertos y accesibles para los clientes, quienes buscan opciones atractivas y sobre todo prácticas.
Son opciones que se pueden degustar en la hora de almuerzo o cena, fuera de los oficentros del país, en festivales y eventos privados y hasta en bodas y fiestas de cumpleaños.
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Cerca de 20 empresas manejan este modelo de negocio que tiene cerca de un año de existir en el país. Sin embargo, solo hace cuatro meses comenzó a pasar de boca en boca entre los costarricenses.
En los últimos cuatro meses, la respuesta del mercado hacia los Food Trucks ha crecido 30% según las mismas empresas, las cuales se han dado a conocer en eventos privados y también, en espacios creados solo para ellos.
"Las municipalidades nos han abierto las puertas y nos han ofrecido rehabilitar espacios públicos como parques, por ejemplo, a cambio de poder instalar allí nuestros negocios móviles, como lo fue el Parque Freses, por ejemplo", asegura Jorge López, dueño del Food Truck Aguizotes y presidente de la Asociación de Food Trucks de Costa Rica.
En promedio, un Food Truck requiere de una inversión entre $30.000 y $50.000, y posee una capacidad de 150 platos de comida por hora. Los platos van entre ¢3.500 y ¢5.000.
La ventaja de este modelo con respecto a un restaurante convencional, no es solo que los costos operativos son muchísimos más bajos, sino que también pueden llegar de manera directa al mercado meta.
"Las facilidades que brinda el camión son muchas, sobre todo si hablamos de plazas y puntos de venta. Nos da la ventaja de conocer nuestros clientes y saber donde están los que prefieren nuestro menú. Si un punto no nos sirve, nos movilizamos", asegura Randall Marin, propietario del camión Grill Out.
Según Eric Viquez, dueño de Fuego y Sabor Food Truck, los clientes buscan innovación pero también, soluciones rápidas de alimentación.
¿Independiente o complementario?
Para Max Moro, gerente del restaurante Garibaldi's (quien posee dos camiones), la idea de su camión surge como un servicio complementario al negocio de catering service y restaurante que posee desde hace más de 20 años.
Sin embargo, para López, lo que comenzó como un complemento es ahora un negocio independiente, que planea mantenerse en el tiempo.
Aunque inicialmente muchos de los restaurantes trasladaban sus menús a los trucks, con el tiempo han hecho variaciones para especializarse y adaptarse a las demandas del mercado.
"En términos de negocio, es muy rentable. Los gastos operativos de un Food Truck se reducen hasta 60% en comparación con los gastos de un restaurante", afirmó Moro.
Además de la capacidad de producción, el negocio ha tenido gran de aceptación del consumidor costarricense en muy poco tiempo. En setiembre, por ejemplo, se realizó el primer festival de Food Trucks en el país, al que asistieron 9.000 personas.
Pese a que los festivales son los espacios ideales para concentrar la mayor cantidad de clientes, hay quienes prefieren ofrecer sus productos en fiestas, bodas y eventos privados más pequeños. "En este tipo de eventos el riesgo es casi nulo", asegura López.
Espacios exclusivos
A pesar de que los espacios públicos no están habilitados para que los Food Trucks operen, los comerciantes se las han ingeniado en conjunto con las municipalidades locales para adecuar espacios que sirvan de plaza para los camiones.
La Municipalidad de San José, por ejemplo, ha acordado con los comerciantes para utilizar espacios con parquimetro en ese cantón como plaza para estacionar el Food Truck y ofrecer sus productos. De esta manera, los comerciantes podrán utilizar la vía pública, pero en espacios determinados.
Otro de los espacios que comparten los comerciantes son plazas y parques en condiciones de descuido, por ejemplo, cedidos por las municipalidades de cada cantón, que los comerciantes recuperan y luego, se sirven de estos espacios para ofrecer los productos.
Para los dos últimos meses del año, los comerciantes esperan la apertura del primer parque de Food Trucks al final del Paseo Gastronómico La Luz, en Barrio Escalante.
El complejo habilitará un espacio para tres camiones que rotarán regularmente para ofrecer una propuesta variada a los comensales, un área interna techada donde se ubicarán mesas, baños, centro de bebidas y una cocina interna de productos locales.