En la última semana de julio pasado, tanto la empresa como Bezos alcanzaron un gran logro: la capitalización bursátil de Amazon saltó por encima de los $500.000 millones el miércoles y, durante varias horas del día siguiente, el elevado precio de las acciones de la compañía elevó a Bezos al primer lugar de la lista de las personas más ricas del planeta.
Amazon, la empresa que en sus inicios solo comercializaba libros por Internet, ahora parece tener presencia en todo el universo de las ventas minoristas.
Se ha convertido en una fuerza formidable en campos tan disímiles como la computación en la nube, las películas, la música, los alimentos, la inteligencia artificial y la distribución de electrodomésticos.
Bezos, quien además de fundador es el director ejecutivo de Amazon, ha llegado todavía más lejos; posee empresas tan diversas como un periódico o una compañía de lanzamiento de cohetes, y ha dicho que planea usar su inmensa riqueza para reinventar la filantropía.
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Puestos dominantes
La compañía y su fundador ocupan puestos dominantes en tantas áreas que ambos desafían las clasificaciones de categorías únicas.
Sin importar lo significativos que son estos logros del mundo real, tal vez subestimen la importancia de Amazon.
Esta empresa sobresale como una entidad puramente financiera: su importancia como una de las compañías más exitosas en la historia de la bolsa ya está garantizada.
De hecho, los números muestran que desde 1997, cuando sus acciones comenzaron a comercializarse en la bolsa, Amazon ha evolucionado para convertirse en una de las máquinas generadoras de riqueza más grandes del siglo.
“Amazon pertenece a un grupo de accionistas muy pequeño”, dijo Hendrik Bessembinder, profesor de finanzas de la Universidad Estatal de Arizona.
“Se ha vuelto una de las más grandes generadoras de riqueza y ha alcanzado ese estatus en un periodo de tiempo muy corto”.
De haber invertido $1.000 en Amazon en julio de 2002, sin vender las acciones, ahora ese dinero valdría $83.000.
Empresas de mayor valor
Cuando hablé por primera vez con Bessembinder en mayo, había preparado una lista de las treinta empresas que mayor valor generaron en la bolsa a lo largo del 2015.
Sin embargo, él me mostró la lista de Lifetime Wealth Creation , con las clasificaciones más recientes para 2016. Las acciones en los primeros lugares fueron las mismas: Exxon Mobil, Apple, General Electric, Microsoft e IBM.
Un poco más abajo en la lista, Amazon aparece por primera vez. Ocupa el lugar número 14, justo debajo de nombres como Berkshire Hathaway, Procter & Gamble y por encima de Coca-Cola y DuPont.
En esencia, la lista muestra qué acciones han sido las más rentables para los accionistas a lo largo de la historia.
El investigador descubrió que un grupo muy pequeño —un 4 % de todas las acciones que se comercializan en la bolsa— representa todas las ganancias netas del mercado de valores desde 1926 hasta 2016.
Y solo treinta acciones, entre las cuales se encuentra Amazon, representan más del 30 % de toda la creación de riqueza de la bolsa en ese periodo de 90 años.
Bessembinder también descubrió que el rendimiento anualizado de Amazon para el 2016 fue, con 37,4 %, el más elevado de los 30 generadores de riqueza en la lista.
Eso se debe a que es mucho más fácil sostener un crecimiento rápido en periodos de tiempo más cortos.
Exxon, por ejemplo, ha generado más de un billón de dólares en riqueza para los accionistas desde 1926 —más que ninguna otra empresa— pero sus ganancias crecen a un ritmo más lento pues tiene un rendimiento anualizado de solo 11,9 %, comentó Bessembinder.
Competidores afectados
Claro está que mientras el poder de comercialización de Amazon ha sido maravilloso para sus inversionistas, ha afectado a muchos de sus competidores, disminuyendo la riqueza de los accionistas de esas empresas.
De hecho, el rendimiento acumulado de las acciones de Amazon eclipsó el de sus competidores al por menor y el del mercado en general.
Con datos de Thomson Reuters, calculé que, en el transcurso de 15 años, Amazon tuvo un rendimiento de más del 8.200 %, en comparación con un 125 % de Walmart; un 2,2 %, para Sears, y un 302 % del índice Standard & Poor’s 500, incluyendo dividendos.
De haber invertido ¢1.000 dólares en Amazon en julio del 2002, sin vender las acciones, ese dinero valdría $83.000. En contraste, $1.000 invertidos en todo el índice Standard & Poor’s 500, con dividendos, ascendería a $4.100, lo cual no es un mal rendimiento, hasta que uno observa los notables rendimientos de Amazon.
“Informe de la Muerte”
Bespoke Investment Group, una firma de investigación del mercado de valores, tiene otra forma de comparar los rendimientos de las acciones de Amazon con los de sus competidores minoristas; ha construido el “Índice de la Muerte por Amazon”, que describe como “una forma de darle seguimiento al rendimiento de las empresas más afectadas por el acenso de Amazon.com”.
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Esas empresas —que ahora suman 54— incluyen a Barnes & Noble, Costco, Best Buy, GameStop, Macy’s, Nordstrom, Sears, Target, CVS Caremark, Rite Aid y Walmart.
Ningún inversionista de Amazon tiene tanto dinero en la empresa, ni se ha beneficiado tanto del aumento de las acciones, como Bezos, quien era propietario de un 16,7 % de la empresa en mayo de 2017, según una declaración ante la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos.
Sus participaciones valen más de $80 mil millones, según Bloomberg, y representan la totalidad de su riqueza personal.
Su participación en Blue Origin, su compañíade vuelos espaciales, vale otros $3.000 millones, por lo que el valor neto de la fortuna de Bezos ronda los $90.000 millones, lo cual lo coloca a la par de Bill Gates, el fundador de Microsoft.
A diferencia de Gates, quien ha diversificado su cartera y le dona dinero a organizaciones benéficas a un ritmo acelerado, Bezos continúa apostándole fuerte a Amazon.
Como lo demostró el informe de ganancias del 27 de julio, en eso no hay riesgo.
Por ahora, la poderosa gallina de los huevos de oro de Amazon sigue cacareando.
Sin importar lo que suceda después, esta ya es una de las más grandes sagas de la historia del capitalismo.