Para ellos, ha sido un problema de décadas: el adecuado abastecimiento de agua para sus cultivos y el ganado, sobre todo en época de verano.
Es una historia que, al menos para 20 ganaderos de la zona de Bagaces, pasó de ser una pesadilla a una oportunidad de crecimiento y de contribuir con los esfuerzos para reducir el impacto del cambio climático.
Jesús Chavarría, Manuel Zamora, Miguel Ángel Miranda y 17 ganaderos de este cantón guanacasteco dormirán ahora más tranquilos porque el agua fluirá sin escasear, gracias a los molinos de viento que instalaron en sus fincas.
Se trata de un proyecto de 20 módulos, para igual número de fincas, desarrollado en forma conjunta por el Estado a través del Ministerio de Agricultura (MAG) y de su Fundación para la Promoción de la Investigación y Transferencia de Tecnología Agropecuaria (Fittacori), por la Cámara de Ganaderos de Bagaces y por la empresa Comercializadora Huracán CR.
Cada unos de los actores tiene su papel: Fittacori es la entidad que agilizó y canalizó los recursos para financiar los molinos; la Cámara seleccionó a las fincas beneficiadas según el grado de dificultad para obtener el líquido, y la empresa, de capital argentino, se encargó de diseñar, dirigir, instalar y operar los molinos.
Plan piloto promete crecer
Actualmente, el 50% de los molinos ya está instalado.
El proyecto arrancó el pasado 18 de diciembre y, según detalló Jesús Llerena, presidente de Comercializadora Huracán CR, cada módulo se compone de un tanque de almacenamiento desde donde se alimentarán los abrevaderos o parcelas para cultivos, y de un bebedero de 5 metros de longitud, con capacidad para 750 litros de agua, que se colocará en puntos de la finca para que se facilite el consumo.
“Cada propiedad tiene un módulo diseñado a su medida. Contemplamos los distritos de Guayabo, Mogote, Fortuna y Llanos de Cortés”, contó Llerena.
Por ahora, está conceptualizado como un plan piloto con alto potencial de convertirse en una alternativa amigable para abastecer de agua a otras poblaciones que han sufrido de manera crónica su escasez.
Para Róger Rodríguez, presidente de la Cámara de Ganaderos de Bagaces, este es un ejemplo de cómo pequeñas organizaciones pueden coadyuvar a buscar soluciones amigables a problemas serios.
De hecho, esta entidad gremial maneja varias propuestas en ese sentido. Por ejemplo, a aquellas fincas que protegen sus nacientes, construyen cercas vivas, mejoran sus pastos o tienen planes de reforestación, se les reconoce un 25% de estos costos con recursos del MAG.
Para la iniciativa de los molinos, la asamblea general de la cámara aprobó ampliar el proyecto para beneficiar a otros ganaderos que también sufren falta de agua. Ahora llevarán la solicitud a las autoridades del MAG para su aprobación.
Al final, el interés está en que las fincas puedan mejorar sus rendimientos, obtengan el agua por la vía de generación amigable y contribuyan así con los efectos del cambio climático.
Esa es la expectativa de Miguel Ángel Miranda, uno de los ganaderos beneficiados, cuya propiedad está ubicada en Pueblo Nuevo de Mogote.
“No se puede pedir más, mejor no se puede”, manifestó con un evidente dejo de alegría.
En su finca, él tiene hato lechero y cultivos de maíz para alimentar sus vacas.
Antes de los molinos, en época seca, recurría a pozos de vecinos o extraía agua de un río cercano, el cual en verano se empozaba y daba agua sucia.
¢85 millones
El MAG dispuso para este plan, un total de ¢85 millones. Canalizó los recursos a través de Fittacori, con el fin de agilizar y hacer más expedito los desembolsos.
Tuvo además otra razón: que Fittacori ejerciera sus competencia de fiscalización al proyecto, para dar seguimiento a la inversión y supervisando con criterios técnicos que la instalación, operación y uso de fondos sea el correcto, explicó su presidente, Óscar Bonilla.
“Nos preocupa el impacto del cambio climático y creemos que es una solución para paliar un problema difícil sobre todo en verano cuando los ganaderos optan por pastos naturales sin valor nutritivo”, acotó.
El MAG es consciente de que con 20 molinos no se resuelve el problema en su totalidad, pero sabe que es una tecnología limpia y barata.
Bonilla habla de rentabilidades: los molinos permiten generar entre 1.000 y 1.300 litros por hora y con los tanques de almacenamiento mantener alrededor de 11.000 litros.
Nicoya, Filadelfia y Santa Cruz, también de Guanacaste, son otras comunidades analizadas para futuros desarrollos.
Para la empresa contratada para su instalación, los resultados saltan a la vista: una forma de extraer agua a bajo costo, aprovechando un recurso generador de la energía gratuito y renovable como es el viento y utilizando un sistema que no extrae el agua bruscamente como ocurre con las bombas de los pozos.
Además, el mecanismo no afecta los mantos acuíferos y más bien permite su recuperación. Está diseñado –agregó Llerena – para que el agua no se desperdicie.
Como contraparte, al finquero se le pidió excavar las bases para montar el molino, fundir un planché de cemento para el tanque de almacenamiento y hacer obras de conservación.
También debe aportar el ducto que llevará el agua desde el tanque hasta el consumo final, una vía que varía dependiendo de la topografía del terreno y de la distancia donde se encuentran el tanque y los abrevaderos.
Comercializadora Huracán CR tiene más de 100 años de experiencia en la fabricación de molinos. Ha desarrollado iniciativas similares en más de 10 países. En Cuba, por ejemplo, de los 10.000 molinos instalados, 8.000 han sido colocados por esta firma.
Buenos vientos
Zona ideal: La altura guanacasteca, principalmente en Bagaces resulta óptima para aprovechar el viento como fuente generadora de energía. De hecho allí existen proyectos de energía eólica a cargo de empresas privadas y ahora se está utilizando el viento para extraer agua.
Recursos: Los molinos de viento son financiados por el MAG como parte del Programa de Transferencia de Fondos para la Competitividad del Sector Agropecuario. El objetivo es estimular la producción sostenible y reducir las emisiones gases efecto invernadero.
Amigable: Los molinos de viento como fuente de energía son de vieja dato, su mecanismo mecánico ha ido evolucionado desde estructuras de piedra hasta materiales más duraderos y fáciles de instalar.
Fuente Fittacori y Archivo EF