Es indiscutible la necesidad de innovar por parte de las organizaciones tanto del sector privado como del sector público ante el cambio del perfil de la persona consumidora o usuaria, que hoy tiene mayor poder adquisitivo, poder de decisión y facilidad para comunicar su experiencia positiva o negativa en las distintas redes sociales.
Ante este panorama, surge la necesidad de la persona gestora de innovación como figura profesional, que pueda diagnosticar, gestionar y monitorear la cultura organizacional tradicional para convertirla en una cultura permeada de creatividad, optimismo inteligente, trabajo colaborativo, autoliderazgo, proactividad, comunicación asertiva, aprendizaje continuo, gestión de tiempo y compromiso.
El gestor de innovación es la persona que posee las competencias laborales para implementar y liderar proyectos o actividades de I+D+i (investigción, desarrollo e innovación) en conjunto con los demás colaboradores, con el fin de lograr que la empresa u organización innoven.
Como lo menciona Mario Morales en su libro Adiós a los mitos de la innovación , una organización necesita tener una estructura para innovar. Esta depende de la cantidad de personas colaboradoras y del presupuesto; puede estar dirigida por un gerente de innovación, un líder de innovación, un comité de innovación, un coordinador de innovación o en bien por un gestor de innovación.
Entre las competencias laborales que debe tener una persona gestora de innovación están las siguientes:
Crear la estrategia de innovación : Define el rol de la innovación así como la dirección que tomará la ejecución, ya sea en producto, proceso, organización o marketing , es decir, delimitará las ideas creativas que surgen de todas las personas colaboradoras en el proceso de innovar.
Debe ser lo suficientemente inspiradora tanto así que provoque pasión, pero lo más importante es que debe ser realizable y generar valor sostenible.
Su proceso de construcción debe ser abierto para tomar las ideas de los stakeholders (las partes involucradas), que conlleve a generar las bases para mitigar la competencia y crear nuevos nichos de mercado.
Por último, la estrategia de innovación debe ser adaptable, evolutiva y dinámica para soportar los cambios susceptibles del mercado, y a la vez pueda responder a oportunidades atractivas o en su defecto amenazas latentes.
Establecer el sistema de gestión de la innovación : El éxito de la innovación radica en la capacidad de establecerla como un proceso y no en ideas aisladas.
Las ideas creativas que sustentan el sistema deben estar ligadas a la estrategia y al core business , para generar proyectos de I+D+i con menor grado de fracaso e incertidumbre. Asimismo, es imperante que respondan a las demandas de los sectores productivos del país.
Dentro de este sistema se deben establecer alianzas estratégicas con entes como institutos y centros de investigación, cámaras de industrias, oficinas de propiedad industrial, entre otros.
Implementar técnicas y herramientas : Su implementación requiere que el personal de la empresa u organización sean objetivos enfocados en la discusión y construcción de las ideas.
Existen infinidad de técnicas y herramientas utilizables para innovar, en el caso de la selección de las ideas puedes usar: El lienzo de modelo de negocios de Canvas, la cuadrícula de O’Mear, la Teoría para Resolver Problemas de Inventiva (TRIZ), entre otras que le permiten afinar la idea.
Para el desarrollo de la idea, puede utilizar: el mapa de la empatía, Design Thinking , análisis funcional, y el Prototyping que le permite tangibilizar la idea y obtener realimentación de clientes, y proveedores por mencionar algunos.
Recuerde, además, proteger la idea, y para ello puede utilizar: el acuerdo de confidencialidad, el registro de marca y la patente. Por último, para comercializar, la idea es indispensable al menos contar con un plan de mercadeo.
Si piensa innovar, entonces mire la innovación como un proceso, dele los recursos necesarios (personas, tiempo, financiamiento, entre otros) y con ello logrará obtener el éxito anhelado.