Ni libros tradicionales, ni cuadernos, ni lápices. La principal herramienta de estudio para los más de 1.300 estudiantes del Colegio Lincoln es, desde hace dos semanas, un iPad 3.
Con el aparato, fabricado por la compañía Apple, los alumnos del Lincoln ahora podrán tomar apuntes, consultar e interactuar con libros digitales ( ibooks) , observar videos relacionados con cada materia y hacer cálculos matemáticos complicados.
Además, cada iPad se puede conectar vía inalámbrica a las pizarras inteligentes de la institución, ubicada en Santo Domingo de Heredia, con el fin de proyectar sus presentaciones, trabajos e, incluso, dudas.
El innovador proyecto lleva el nombre de “Kids can’t wait” (“Los niños no pueden esperar”) y se ejecutó a través de una alianza con Apple y su esquema de negocios “Hardware como un servicio”.
De acuerdo con Jack J. Bimrose, director del Lincoln School, el plan tomó fuerza a finales del año pasado, luego de explorar modelos educativos similares como el de la Escuela Archbishop McCarthy en Miami, EE. UU.
Una vez cumplida esta fase, la Junta Directiva del Colegio se reunió con Apple y escogió al proveedor local de la marca –GBM S.A.– para brindar apoyo y asistencia técnica.
“Kids can’t wait” está requiriendo una inversión cercana a los $1,5 millones distribuida en los próximos tres años.
Bajo este esquema, el proveedor es dueño de los equipos (los renta mensualmente) y brinda un servicio integral de seguro, mantenimiento, reemplazo (si hay daños), financiamiento y capacitación para los educadores.
“Adicionalmente, se invirtió fuertemente en reforzar la red inalámbrica y en ampliar el ancho de banda de Internet dado el aumento significativo en dispositivos móviles”, puntualizó Bimrose.
Francisco Montesinos, gerente de ventas de GBM, detalló que Lincoln School es el primer centro educativo de Centroamérica en implementar este proyecto.
“Esto implica un esfuerzo económico muy grande que no muchas instituciones están en posibilidad de llevar a cabo”, dijo el gerente.
Empero, Montesinos confirmó que GMB ya está conversando con varias entidades interesadas en aplicar la idea, pero se reservó los nombres por ahora.
Entretanto, otros colegios como el Saint Jude School, localizado en Santa Ana, trabajan en reforzar su estrategia digital a través de plataformas en la red (biblioteca digital) usadas para compartir videos, blogs , trabajos, libros, etc.
Jorge Villegas, director de desarrollo de la empresa, apuntó que entre el 2013 y el 2014 los alumnos del Saint Jude también migrarán por completo al uso de laptops y iPads, mientras el colegio baraja las mejores opciones de inversión.
Cambio de paradigma
Para Jack Bimrose, este paso es muestra del cambio que la tecnología está provocando en la forma de impartir lecciones.
El director cree que ya no se trata de dar clases magistrales y de manera diversificada, si no de personalizar la educación.
“El profesor se convierte más en un consejero responsable de guiar a cada estudiante para que evacúe sus dudas, aprenda al ritmo más apropiado y encuentre la información que busca”, explica Bimrose.
Además de esto, la interacción con el contenido, el uso de pruebas interactivas que se autocorrigen y el aprovechamiento de cámaras y el micrófonos para proyectos multidisciplinarios, destacan entre otras de las ventajas de utilizar esta tecnología.
Otro punto que se tomó en cuenta con la iniciativa tiene que ver con el ahorro de costos en el rubro de los libros.
Mientras un libro de texto tradicional puede costar entre ¢25.000 y ¢55.000, un ibook tiene un precio promedio de ¢7.000 y la descarga de una aplicación tiene un valor que puede ir desde gratis hasta ¢10.000.
Empero, el esfuerzo también debe dirigirse a asegurar que los dispositivos sean utilizados únicamente para fines educativos.
Sitios como Facebook, Twitter y You Tube pueden funcionar como peligrosos distractores.
En Lincoln están aplicando un sistema de filtrado de Internet para para monitorear y restringir el acceso a contenido inapropiado.
Además, el colegio cuenta con software de administración central capaz de detectar y desinstalar, de forma inalámbrica, cualquier aplicación no apropiada.
¿Cómo funciona?
Estas son algunas de los aspectos planteados por Lincoln School en su programa “Kids can’t wait”.
iPad individual: De primero a duodécimo grado contarán con un aparato personal. En preescolar se trabajará en centros grupales.
Educación personalizada: El profesor puede monitorear el progreso de cada estudiante en tiempo real y asignar material más avanzado para quienes dominan la materia.
Aprendizaje basado en proyectos: Los estudiantes pueden aprovechar micrófono, cámara y apps de los iPads para sus trabajos en clase.
Monitoreo: El colegio controla acceso a sitios web inapropiados y puede incluso desinstalar aplicaciones cuando así lo determine.
Fuente Lincoln School.