La oferta de US$62.000 millones de Bayer AG por Monsanto Co., que sería la mayor adquisición en la historia corporativa alemana, también es una jugada de poder arriesgada por parte del presidente ejecutivo, Werner Baumann, después de un ascenso de 28 años en la empresa.
Menos de dos semanas después de asumir el máximo cargo en Bayer, el 1 de mayo, Baumann sorprendió a los inversionistas al lanzar la oferta por el gigante de agroquímicos estadounidense. El acuerdo crearía la mayor compañía de semillas y pesticidas del mundo.
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Baumann, de 53 años, comenzó su carrera en el departamento de finanzas de Bayer, asumió como director financiero y recientemente se desempeñó como jefe de estrategia. Sus colegas lo describen como meticuloso y determinado cuando se decide por un curso de acción. Su gestión ha sido, y podría ser, definida por el acuerdo.
"Las últimas seis a siete semanas han sido realmente dominadas por Monsanto", reconoció Baumann en una entrevista. El ejecutivo ha ido de ciudad en ciudad y reunión en reunión para convencer a los inversionistas y a un público escéptico de los beneficios de la operación.
La oferta de Bayer transformaría a la empresa de 150 años que inventó la Aspirina y que recientemente se ha concentrado en expandir su división de salud. Hay mucho en juego para Baumann, quien pasa apuros para persuadir a los inversionistas luego de que Monsanto rechazó públicamente la oferta de Bayer a finales del mes pasado.
Desde entonces, ha reiterado la oferta de US$122 por acción y señalado que planea continuar negociando con Monsanto en privado. "Hay una serie de inversionistas a los que les habría gustado que fortaleciéramos más nuestro negocio de salud, particularmente el farmacéutico", manifestó Baumann. No obstante, reforzar la división agroquímica de Bayer con Monsanto ahora "es la propuesta más atractiva para la compañía y los accionistas". El sector farmacéutico no tenía un atractivo similar, aseveró.
Además, el retiro británico de la Unión Europea podría encarecer el acuerdo ante la caída del euro y el alza del dólar.
Dudas sobre la adquisición
Inversionistas y analistas han indicado que los negocios de cultivos de las dos empresas son complementarios debido a que Bayer es un líder en químicos para cultivos y Monsanto en semillas. De todos modos, algunos no están convencidos de que la unión genere valor para los accionistas de Bayer y temen que aumente el ya elevado endeudamiento de la empresa.
La deuda neta de Bayer alcanzó 17.450 millones de euros (US$19.710 millones) el año pasado, más del doble de su nivel de 7.000 millones de euros de 2011.
"Nos preocupa que la compañía combinada quede con un balance altamente apalancado, mientras que siempre existe el riesgo de que la gerencia de Bayer deje de atender como se debe el negocio farmacéutico conforme dedica su tiempo a lidiar con el proceso de integración de Monsanto", dijo Greg Herbert, gestor de fondos de Jupiter Asset Management Ltd., un inversionista en Bayer.
El precio de la acción de Bayer cayó cerca de 15% después de que se conocieron los primeros informes del acuerdo el mes pasado, pero ha repuntado ligeramente desde entonces. Baumann consideró por primera vez la compra de Monsanto el año pasado, cuando se desempeñaba como jefe de estrategia y luego de que fracasara la oferta de US$46.000 millones de la empresa estadounidense por la suiza Syngenta AG, según dos fuentes al tanto de las deliberaciones internas. El entonces presidente ejecutivo de Bayer, Marijn Dekkers, se opuso a la idea, dijo una de estas fuentes.
Dekkers, quien no quiso ser entrevistado para este artículo, fue el primer ejecutivo externo en ser nombrado al frente de Bayer. Él transformó a la compañía para centrarla en los llamados negocios de ciencias de la vida durante su gestión de seis años, presidiendo sobre el lanzamiento de nuevos medicamentos exitosos, la adquisición del negocio de fármacos sin receta de la estadounidense Merck y Co. por US$ 14.200 millones y la escisión de la división de plásticos especializados de Bayer, Covestro AG, por US$ 10.000 millones.
Baumann ha rechazado los frecuentes comentarios que afirman que su estrategia diverge de la de Dekkers, con quien pasó seis años en la junta directiva. "La compañía ha sido gestionada en una tradición de sostenibilidad y liderazgo por una buena cantidad de décadas", dijo Baumann. "En ese aspecto, estoy siguiendo lo que Marijn hizo durante su gestión".
Baumann agregó que Bayer busca no quedarse al margen de la consolidación de la industria agroquímica.