
Uno de los cambios que suele acompañar el cambio de un puesto de mando medio a uno de alta dirección es la reducción de sus interacciones sociales en la empresa. Y si el nuevo puesto es, además, en una nueva empresa, esta sensación se intensifica.
¿Por qué se experimenta esa soledad?
Algunos especialistas aseguran que no se trata de una condición obligatoria o inevitable, pero ciertas condiciones pueden facilitar que el líder se aísle o pierda contacto con sus círculos sociales anteriores a su ascenso.
Margaret Rose Grigsby, profesora de Incae, afirma que la soledad puede ir aumentando a medida que se asciende en la empresa, debido a la mayor complejidad en la toma de decisiones y manejo de información.
Estas variaciones en las tareas muchas veces se acompañan de maneras diferentes de reportar a autoridades de más alto rango, a la junta directiva o a las jefaturas en el extranjero, con lo cual obligan a abrir espacios diferentes y las limitaciones sobre el tiempo también cambian.
“Cuando todos están al mismo nivel, tienen similares preocupaciones y acceso a la información, reportan a la misma gente y tienen una distribución de tiempo similar”, afirma.
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La executive coach Ligia Olvera se ha encontrado en su práctica profesional con casos en que la soledad llega porque no se puede compartir todo lo que se tiene en la cabeza en aras de mantener el clima, la motivación o, incluso, porque no se tiene todavía resolución sobre temas muy sensibles.
“Los líderes buscan una conversación conmigo sobre temas que no pueden tocar con nadie de su propia empresa, ni tampoco con su familia porque no quieren preocupar a sus seres queridos innecesariamente”, asegura.
Cuando estas circunstancias se unen al proceso social de pérdida de contactos o amistades, la situación se intensifica.
Por ejemplo, un estudio del sociólogo Gerald Mollenhorst, del 2009, concluyó que cada persona pierde contacto con cerca de la mitad de sus amigos más cercanos cada siete años.
“Con su investigación, Mollenhorst confirmó que las redes personales no se forman únicamente sobre la base de elecciones personales. Estas opciones están limitadas por las oportunidades de encontrarse. Otra indicación fuerte para esto vino del hecho de que la gente elige a menudo a amigos de un contexto en el cual han elegido previamente a un amigo”, analizó la revista especializada Science Daily .
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Reto social
¿Se pueden mantener las amistades cosechadas en el trabajo, cuando se va ascendiendo en la jerarquía empresarial?
Grigsby afirma que eso dependerá de que se mantenga la afinidad y se tengan los límites para manejar la relación, separando espacios amistosos de espacios en que hay que respetar jerarquías y decisiones, de parte tanto de quien asciende, como de quien no lo logra.
“Aunque nunca fue mi colega, uno de mis amigos más cercanos y personas más queridas, fue mi jefe durante casi la mitad de mi carrera. Sin embargo, yo siempre tuve clara que la amistad no interfería con la jerarquía, igualmente lo tuvo él. Fuimos muy exitosos colaborando laboralmente y nuestra amistad, la cual se extiende a su esposa e hijas, sigue hasta el día de hoy”, ejemplifica.
Olvera lo resume con una expresión popular: “A veces, si, a veces, no”.
“Hay personas que estiman al amigo que antes era compañero y hoy es su líder y comprenden cómo manejar la situación para mantener la relación personal y la profesional paralelamente. Pero, hay personas que no saben cómo manejarlo y buscan cercanía para lograr beneficios. Es algo que no contribuye a mantener las relaciones de amistad con el líder”, explica.
La coach también señala que, en ocasiones, el líder no sabe qué decir, cómo comportarse y simplemente se aleja, o cambia su comportamiento.
“Creo que las personas que han sido importantes para nosotros cuando asumimos una posición de liderazgo, deben entender, a través de una comunicación clara, cómo nos sentimos respecto al tema de ser amigos de subalternos y cómo lo vamos a manejar”, recomienda.
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¡Sí, necesita amigos!
Aunque se sienta cómodo tomando decisiones desde su individualidad, no subestime la relevancia de sus contactos sociales.
“Es fundamental tener un círculo de confianza, es una necesidad humana. Los líderes no están exentos de necesitarlo. Personas que son familia, amigos de todo tipo: de colegio, de universidad, que conocimos practicando algún deporte”, afirma Olvera.
Es sano, tener personas amigas fuera de la organización pero sería ideal que conozcan del contexto de negocios a quien acudir cuando se tienen dilemas organizacionales.