¿Siente la necesidad de ir a la playa pero lo convocaron a una reunión? ¿Puede teletrabajar pero no quiere quedarse en su casa? ¿Su pyme necesita más espacio?
Estas son algunas de las necesidades que resuelven los espacios colectivos de trabajo, conocidos como sitios de coworking.
Ofrecen oportunidades en dos sentidos. Para usted como inversionista, si tiene el espacio y saben cómo atraer a la comunidad adecuada. Pero también para los emprendedores y dueños de empresas (pymes), que requieren espacio para trabajar y para generar interacciones de negocios.
En Impactico Coworking, una casa de 600 metros cuadrados en Los Yoses, el valor común es el emprendedurismo social: sus clientes comparten valores y formas de ver el mundo.
“Queríamos un espacio donde se pudieran encontrar personas, proyectos y empresas inspiradoras que están innovando y cambiando el país con sus acciones. Sabíamos que había un gran potencial en poder conectar personas y buscar que colaboren al encontrarse en un mismo espacio”, explica Mónica Hidalgo, una de las fundadoras.
Iniciativas como la empresa social inglesa Sumak Travel y el emprendimiento costarricense MIBIM, desarrollan desde Impactico parte o la totalidad de sus tareas claves.
Contactos y negocios
El diario The New York Times describe esta tendencia como espacios para quienes “necesitan más que un café pero menos que una oficina”.
Este formato se diferencia del alquiler de oficinas porque parte de sus objetivos es que exista interacción entre individuos de empresas diferentes, para enriquecer el tiempo laboral.
“Ahora vienen en una amplia gama de opciones. Algunos son lujosos; otros no lo son. Algunos piden inscripción; algunos no lo hacen. Algunos buscan trabajadores de tecnología; otros son para los escritores o pequeñas empresas. Y, en el área de Los Ángeles, parece que hay una opción de cotrabajar por cada barrio y cada profesión”, dijo el diario en su edición del 2 de abril.
Ese crecimiento se podría experimentar en el país en los próximos años, pero mientras tanto, proyectos como el de Leona Abrahao se abren camino.
Esta expatriada abrió, en 2015, The Beach Office: Tamarindo Coworking, y está construyendo su comunidad base. Además de su convencimiento personal sobre los beneficios del trabajo en grupos, vio oportunidad en un mercado específico: los viajeros.
“Hay una creciente cultura de un estilo de vida más nómada, de la cual Costa Rica y Tamarindo, podrían beneficiarse realmente. Al tener un espacio de coworking , Tamarindo puede convertirse en un hot spot para los profesionales creativos e, incluso, comenzar a fomentar la innovación y el progreso”, asegura.
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Una figura más cercana al alquiler tradicional es la que presenta Plaza Roble, con su inversión de $5 millones en remodelación, sobre todo, de espacios de uso colectivo
“Se incorporó nuevo mobiliario en los lobby y áreas comunes, para lograr comodidad y que los sitios resultaran flexibles y convenientes según las distintas necesidades”, señaló Alberto Poma Kriete, director corporativo de Grupo Roble, en un comunicado.
La empresa puntualiza que los cambios incluyen mejoras arquitectónicas que generan nuevas alternativas para reunirse, áreas de colaboración en ambientes más naturales, fuera de la oficina, algunos al aire libre y multifuncionales.
Aunque va dirigido a una comunidad cautiva y más habituada a las estructuras de oficina formal, también encontraron una necesidad de crear comunidad.
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Potencial en formación
En este momento, Impactico y The Beach Office están en las primeras etapas de crecimiento económico y ninguno ha alcanzado aún la rentabilidad.
Impactico construyó su comunidad base antes de comenzar la operación y en el primer semestre de operaciones logró cubrir sus gastos operativos; tiene una base de 40 usuarios permanentes.
The Beach Office está en el proceso de construcción del grupo y ahora acoge mayoritariamente a viajeros entre 24 y 40 años que se quedan en el país por temporadas largas o incluyen Tamarindo en sus visitas breves.
La publicación especializada DeskMag , en sus proyecciones de 2016 para Estados Unidos, asegura que el año cerrará con 10.000 espacios de coworking en ese país. La mayoría de los que existen están en planes de expansión, incluso si aún no están obteniendo ganancias, porque la demanda sigue creciendo.
Este panorama alimenta el optimismo de los empresarios locales. El equipo detrás de Impactico espera recibir beneficios en los próximos meses y aumentar su ocupación de un 60% a un 90%.
Abrahao, de Tamarindo, confía en encontrar pronto miembros permanentes o también un socio o un inversionista que permita ampliar el proyecto.
“No hay ninguna razón por la cual los profesionales que viajan, expatriados, reubicados, empresarios locales y nómadas digitales no hagan de Costa Rica uno de los coworking hot spots a nivel mundial”, proyecta.