El concepto de big data contiene elementos que resultan interesantes a la luz de la necesidad de las organizaciones por contar con información confiable que permita tomar decisiones oportunas y correctas.
La gran cantidad de puntos que generan información en nuesta sociedad –gracias a la masificación de medios de tecnológicos– ha permitido generar toneladas de datos que hacen su procesamiento casi imposible de tratar de formas convencionales.
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El concepto acuñado desde hace ya dos décadas por el informático John Mashey, en su artículo “Big Data and the next wave of infraestress”, muestra la problematica y el estrés en la administración de la información que se genera por diferentes medios y que impacta en la gestión de nuestras organizaciones. Pero también representa una oportunidad de generar conocimiento sobre diferentes elementos propios de la cadena de valor del negocio.
El poder está en el manejo de la información. El cambio de los paradigmas industriales, ahora bajo la óptica de la cuarta revolución industrial que tiene su sentido en la aplicación de tecnologías disruptivas, nos hace ver como la nanotecnología aplicada, la impresión en tecnología 3D, las redes neuronales y la inteligencia artificial, entre otros, se convirtieron en las realidades de hoy.
De esta forma, la gestión de proyectos se ve impactada por el desarrollo en el uso de herramientas tecnológicas pero, sobre todo, por la necesidad de contar con información que permita manejar la variabilidad que la dinámica de la gestión muestra.
La gestión de proyectos se fundamenta en elementos relativos al tiempo, presupuesto, calidad, alcance y satisfacción del cliente. Y, al ser los proyectos, programas y portafolios la base de la innovación, se hace necesario contar con apoyos efectivos para su identificación, es decir, contar con procesos que permitan –con los elementos que el big data ofrece– acercar con mayor precisión al concepto idóneo que será el producto de estos proyectos.
El enfoque primordial
Y es que la información se encuentra en cantidades inimaginables en el entorno de las organizaciones.
Entendamos algo: los proyectos generan innovación y debe estar focalizada en las necesidades de los clientes –que son la razón de ser– y materializarse en un modelo de negocio que haga este nuevo producto o servicio en algo comercializable y útil.
Bajo esta óptica, las empresas e instituciones requerimos del conocimiento de experiencias pasadas, tanto a lo interno como en el entorno en el cual se genera valor, para modelar esas necesidades y establecer la mezcla correcta de proyectos, que potencien la capacidad de inversión, a efecto de lograr la rentabilidad necesaria que garantice la subsistencia en medio de un sistema en el cual la competitividad es clave.
Se hace necesario reflexionar sobre la necesidad de las organizaciones de contar con sistemas de información que permitan generar conocimiento, sobre el cual la gestión de proyectos se verá impactada. Será, pues, fundamental contar con sistemas de inteligencia de negocios que permitan mostrar interrelaciones de datos a partir de indicadores de gestión generados en concordancia con los proyectos que la organización genera.
Estamos hablando de resultados del análisis de la línea base del cronograma, el costo, la calidad y el alcance de los proyectos, utilizando herramientas como el Earn Value Management, que permita establecer los niveles sobre los cuales se desarrolla la ejecución de los mismos.
Por otra parte, la gestión de proyectos se puede nutrir favorablemente con metodologías –como la dinámica de sistemas o System Dynamics– que permitan mejorar el aprendizaje en sistemas complejos, lo que facilita, a través de sistemas de simulación de negocios y procesos, modelar situaciones y predecir comportamientos y tendencias. Esto ayuda el logro de los objetivos.
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El contar con bases de datos de conocimiento que apoyen a las áreas de proyectos e innovación, fundamentados en herramientas que modelen esas grandes cargas de datos, permitirán potenciar la capacidad para que nuestras organizaciones puedan reaccionar de forma más oportuna a las necesidades de los clientes.