Para todo tipo de empresa, parece ser de fundamental importancia adaptarse a situaciones nuevas, sin abandonar su propia personalidad o identidad, construida en años de labor constante por fortalecer los lazos con sus clientes.
Algunos anunciantes podrán comprobar que la comunicación también es una inversión a largo plazo cuando noten cierta preferencia, luego de hacer un esfuerzo de mantener esa cercanía con el público.
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Siempre es hora de reforzar la lealtad del consumidor hacia las marcas, en lugar de abandonarla a los vaivenes de la economía. El retorno a buenas noticias, dentro del mercado, podría comenzar antes de lo que nos imaginamos y sorprendernos sin haber hecho lo suficiente para surgir. Es aventurado presumir que, a un tiempo no muy bueno, le sigue otro peor.
Se debe resistir la tentación de ceder terreno en la imagen de los productos, la empresa y la promoción de marca.
Si se consigue disminuir el miedo a lo que vendrá, si se gana la confianza con una comunicación creativa coherente con la realidad, algo mejor aparece como el desenlace lógico de un futuro cercano.
En una coyuntura especial para los negocios, son válidas las palabras del papa Francisco: “Superar es necesario, seguir adelante es esencial”. Por eso, el que con una identidad propia logre resaltar su comunicación, podrá tener una ventaja más allá del tiempo presente. Porque está demostrado que ser uno mismo, en todo momento, es la forma más natural de seguir adelante.