Fue en el sector turístico donde Eduardo Villafranca Sargent comenzó a aplicar sus ideas para llegar a hacer un empresario ejemplar.
Cuando EF lo nombró como Empresario del Año en el 2008, estaba al frente del Grupo Islita, propietario del hotel del mismo nombre en Guanacaste. Ahí se empezaron a ejecutar las prácticas de promoción de la equidad, enfrentamiento al cambio climático y un modelo de negocio que consideró el desarrollo de la comunidad.
Este empresario ahora es el presidente de la firma RBA, especializada en brindar apoyo a otras empresas en responsabilidad social.
Villafranca considera que la sociedad se puede desarrollar responsablemente entre empresas y sociedad.
¿Cuáles son las cinco lecciones que toda empresa debe aplicar hoy?
-Toda empresa debe definir claramente su objetivo principal, visión, misión y valores. Además, con la participación de sus colaboradores y principales públicos de interés, definir el propósito superior; este es el que hace que colaboradores participen de la operación por algo más importante que el dinero.
-El líder principal de la empresa debe dar el ejemplo en su creencia y participación activa en la implementación de las estrategias de sostenibilidad. Una empresa en la que la cabeza no crea fielmente en la sostenibilidad no podrá delegar en otra persona para que integre estas políticas en el ADN de la empresa.
-Participación de todos los colaboradores con estrategias como evaluación por desempeño y un porcentaje de su compensación por su participación activa en las políticas estratégicas de sostenibilidad.
-Identificación y priorización de los públicos de interés de la empresa.
-Los planes estratégicos de sostenibilidad deben iniciar por los colaboradores.
Usted fue elegido Empresario del año en el 2008, ¿qué haría diferente hoy?
-Cuando fui nombrado empresario del año en el 2008 era el CEO del Grupo Islita. En noviembre del 2009 renuncié a ese cargo para dedicarme tiempo completo a desarrollar Reinventing Bussines for All (RBA), una idea que consideré desde unos años antes e inicié su implementación durante el 2008.
El propósito superior de RBA es: “creemos en la evolución responsable de la sociedad y trabajamos con pasión para lograrlo”. Después de seis años de fundada RBA, como una sociedad anónima, no una Organización No Gubernamental, consideramos que impactamos positivamente a casi 100.000 personas con nuestros proyectos, en los que participan las comunidades, empresas, instituciones y gobiernos locales.
Considerando los impactos positivos que hemos logrado, el impulso en el que hemos contribuido a generar en la sostenibilidad, y el momento en que esta transición ocurrió, no haría nada diferente.