Diego Alonso Vargas no era el típico estudiante que asistía al colegio únicamente para aprender de números, historia, lenguaje, ciencias y otras disciplinas.
Este joven de San Vicente de Ciudad Quesada aprovechaba su paso por las aulas para hacer negocios y generar dinero.
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Desde los 14 años, sembraba hortalizas orgánicas como perejil, cebollinos, papas y vainicas en la finca de su familia y se las vendía a sus profesores del Colegio Técnico Profesional de San Carlos e, incluso, a un tramo de la zona.
También le compraba queso a su tío y lo revendía. Por semana, obtenía ingresos de aproximadamente ¢15.000.
Desde un inicio, lo que vendía lo comercializaba bajo el nombre Sabor Altura.
Cuando estaba en décimo año, su tío y su papá decidieron introducir cabras en la finca, pues se estaba formando una cooperativa de productores de leche de cabra en San Carlos.
Su plan era vendérsela a dicha agrupación, pero la empresa no arrancó y la familia se quedó con la leche sin saber qué hacer.
“Se le daba a los terneros o a veces hasta se botaba. De ahí nació la idea de comenzar a producir lácteos con una marca, con permisos”, contó Diego, quien tiene 20 años y estudia Administración de Negocios en la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Ulacit).
Producción variada
La aventura de tener un negocio formal había iniciado y el joven y su familia empezaron a producir leche y queso vicentino, gouda e italiano, también glorias (similar al dulce de leche) y rompope.
Asimismo, venden yogur de sabores como fresa, frutas, maracuyá, guanábana y natural, que se comercializa bajo la línea Salugurt.
Sus productos pueden adquirirse en 30 puntos comerciales, incluidos supermercados como Muñoz & Nanne, los Supermercados Compre Bien y los Supermercados Molina. La empresa se encuentra en gestiones para ingresar a Walmart.
En su corta carrera en el mundo de los negocios, Vargas acumula varios galardones.
Cuando estaba en quinto año de secundaria, obtuvo el premio Junior Achievement como mejor gerente de mercadeo. En el 2013, fue galardonado por el Ministerio de Economía con el premio Talento Emprendedor y, en ese mismo año, obtuvo el Premio Joven en la competencia de negocios Yo Emprendedor, entre otros.
Más negocios
Su espíritu emprendedor y talento no se detienen y ya cuenta con otra empresa ligada a Sabor Altura: produce abonos orgánicos con el estiércol de las cabras, bajo el nombre Eco Verde.
Los planes de esta pyme –en la que trabajan ocho personas– es venderle a todas las cadenas de supermercados del país y el próximo año quieren, ya sea exportar a Panamá o iniciar operaciones en esa nación.
Al hablar de lo que considera su mayor logro, Diego menciona el hecho de que su empresa genera empleo y que compra parte de la leche de cabra a productores de su pueblo.
“El logro más grande para mí es llevar alimento a las familias. Esa es la satisfacción más grande, es parte del éxito que tengo: saber que con mi idea de negocio hay gente beneficiada”.
En detalle
Edad: 20
Empresa: Sabor Altura
Cargo o profesión: Gerente propietario