En el 2004, la antropóloga Andrea Becerra cursaba la carrera de Terapias Alternativas y durante uno de los cursos sobre masajes empezó a elaborar aceites para sus compañeros.
Fueron tan bien recibidos que los directores del centro en el que cursaba sus estudios le sugirieron venderlos en la tienda de la institución.
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Fue así como Andrea empezó a desarrollar los aceites para masajes en la cocina de su casa y ella misma hacía las etiquetas en su computadora.
Becerra –quien también tiene estudios en aromaterapia clínica– investigó los beneficios y propiedades de los aceites esenciales y comprobó que son una herramienta terapéutica y de transformación, que puede mejorar el estado de ánimo de las personas.
Una amiga que trabajaba en un laboratorio farmacéutico, en el área de desarrollos naturales, le ofreció su respaldo y entre las dos forjaron la empresa Aromas para el Alma.
Con el paso del tiempo, idearon nuevos productos.
Más de 10 años después, con el apoyo de un equipo interdisciplinario, aquel negocio que inició de forma artesanal, se profesionalizó. Hoy vende más de 40 productos como aceites, cremas, spray para el cuerpo y mascarillas, champú, según las necesidades de cada cliente.
Cuenta con un laboratorio cosmético en Santa Ana y tres tiendas, ubicadas en Concepción de Tres Ríos, Barrio Escalante y Escazú. En este mes de abril, abrirá una sucursal en Heredia.
Sus productos se distribuyen en Auto Mercado y en hoteles spa del país como el Marriot, el Hilton y el Intercontinental.
Responsabilidad social
Su visión antropológica es inseparable de su estilo de hacer negocios, por lo que asegura que siempre busca ver más allá de las cosas y con su empresa quiere proponer proyectos de desarrollo social, que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas.
Por esta razón todos los bienes que produce y vende son hechos a partir de aceites esenciales orgánicos de fincas de diferentes partes del mundo, que tienen certificación orgánica y de comercio justo.
“En verdad, creo que un negocio tiene el poder de hacer algo bueno en el mundo, que un negocio puede crear más beneficios que solo dinero. Que un negocio puede transformar la vida de la gente, puede producir cambios buenos para la sociedad, puede hacer cosas ambientalmente responsables”, subrayó la gerenta de 38 años, quien cursa una maestría de negocios en el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae).
Sus planes
Aunque su negocio está consolidado, Andrea aspira a más y entre sus planes se encuentra mejorar la calidad de sus productos, así como generar empaques que sean innovadores.
Otra de sus metas es exportar su mercancía.
Uno de sus proyectos más ambiciosos a futuro es crear una línea autóctona, en el que las materias primas de los productos sean de plantas nativas, anunció.
Su idea es que las comunidades indígenas participen en la iniciativa y que aporten sus conocimientos en la materia.
En detalle
Edad: 38
Empresa: Aromas para el Alma
Cargo o profesión: Gerenta y dueña