Las pensiones anticipadas, con castigo, generan un impacto en la finanzas del régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), pero también pueden afectar a personas que optan por la jubilación anticipada por las razones inadecuadas.
EF abordó estos temas con Álvaro Ramos, superintendente de Pensiones, y con Juan José Marín, de la división de supervisión de regímenes colectivos.
¿Por qué cerrar la pensión anticipada con castigo?
(AR): En el IVM hay dos tipos de pensión anticipada. La pensión anticipada sin castigo y con castigo. Una pensión anticipada sin castigo es muy costosa para el régimen. Si usted es una mujer con las 450 cuotas, si llega a las 65 años se lleva una pensión y si llega a los 60 se lleva la misma pensión, pero te la pagan cinco años más.
“Ahí hay un costo fuerte para el régimen, un costo actuarial y costo financiero, de flujo de caja y todo eso. Ahora, al menos eso tenía como una noción de ‘yo contribuí un montón de años, tengo una densidad de cotización muy alta’ y una serie de ideas. Por ahí uno puede entender de dónde viene la noción, aunque me parece un error, actuarialmente hablando.
“En la reforma de pensiones del 2005, se introdujeron las pensiones anticipadas con costo, y ahí es en donde se da un problema de que se supone que a vos te penalizan la pensión de 7%, por año (1,75% por trimestre) y, en buena teoría, estas pensiones son neutras.
(JM): “Un anticipo de cinco años equivale a un 35% de reducción de la pensión. Es renunciar a una tercera parte de la pensión.
(AR): “Vos te vas cinco años antes. Esos primeros cinco años, aunque son actuarialmente neutros, financieramente son muy pesados para el fondo, porque en vez de recibir cinco años de salario, tiene que pagar cinco años de pensión con costo. Pero, vea que interesante, los siguientes 15 años el fondo mejora financieramente”.
¿Las pensiones anticipadas son parte de las razones de aumento de los gastos en el IVM?
(JM): La gente de la Caja hace una estimación del costo del impacto que tuvieron las pensiones anticipadas. Es un tema de flujo, un tema financiero, porque si bien la reducción de la pensión en el cálculo actuarial compensa el anticipo, en el tema de flujo de caja es un periodo durante el cual el régimen no está recibiendo cotizaciones y, por el contrario, está pagando pensiones, aunque el valor actuarial, que se llama el valor total de la pensión, sea más o menos equivalente.
(JM): “Entonces, pues sí, claro. Es algo que incrementa el gasto y al incrementar el gasto, drena las reservas”.
¿Qué efectos negativos puede percibir un afiliado que anticipa su pensión con castigo?
(AR): Ese es otro tema en el que hay que tener cuidado cuando se diseñan estos incentivos, porque la gente solo ve lo que va a recibir de inmediato y no piensa que eso es lo que recibirán en los próximos 20 años.
(JM): Es muy peligroso que caigan en la pobreza porque la racionalidad es de corto plazo. Es simplemente: ‘en este momento me favorece, me voy ya’. Incluso, en perspectiva histórica, tenemos regímenes que ya están cerrados y que lo que incentivaban era la pensión a edades muy tempranas.
(JM): “Entonces, eso quedó en la mente de la gente y la sicología es esa que, entre más pronto me pueda pensionar mejor, y no valoran que están renunciando a un ingreso de por vida.
(AR): “Un detalle sutil, pero que es importante, es que el IVM ajusta por inflación pero no por crecimiento real”.
La pensión reducida se cerrará gradualmente, ¿puede ser un incentivo para que más personas opten por esto?
(JM): Siempre existe esa posibilidad, pero la racionalidad debería ser que si yo tengo un ingreso muy bajo, por qué voy a recibir una pensión mínima aun cuando me correspondería un monto por debajo; en esos casos sí (opto por reducirla). Pero, también hay otro lado. Hay personas con un nivel de ingreso mayor, que pueden verse perjudicadas.
(JM): “Entonces, sí podría afectar pero yo diría que ya de por sí las personas que se van a ver favorecidas en todo caso, si tienen la opción, van a optar por una pensión anticipada”.