
No cabe duda que el Programa Macroeconómico 2015-2016, anunciado por el Banco Central este sábado 31 de enero, vino cargado de anuncios importantes.
Por eso, vale la pena leer entre líneas para saber cuáles son las señales más relevantes que puenden afectar nuestras decisiones como personas, inversionistas y empresas.
Primero, la adaptación del nuevo sistema de flotación administrada simplemente es darle el nombre correcto al mecanismo que el país ha venido manejando desde hace más de un año. La banda cambiaria dejó de tener efecto hace tiempo y desde que llegó Olivier Castro al Banco Central su prioridad ha sido darle estabilidad al tipo de cambio y eso no va a cambiar.
La banda se implementó desde el 2006 con el objetivo de darle mayor flexibilidad al tipo de cambio y abandonar el "ancla" cambiaria, es decir, evitar el traspaso que tenía la variación del dólar en los precios de productos internos. Como resultado, la inflación dejó ser de dos dígitos desde el 2009.
Segundo, en esa línea, el Central confirmó que seguirá aplicando el mismo modelo de intervención para mantener estable el dólar y que está preparado para responder a presiones especulativas. ¿Cómo? Pues tiene $7.300 millones en reservas y además acaba de aprobar un programa para absorber $800 millones más en los próximos 23 meses. Por si fuera poco, también propondrá un encaje sobre los préstamos que hagan los bancos en el exterior, con lo quiere desincentivar el ingreso de más divisas.
En pocas palabras, el Central seguirá haciendo lo necesario para que el dólar no tenga cambios abruptos, aunque eso no significa que se eliminaría la variación en el precio. Por eso, si usted tiene créditos o ahorros en dólares, aun tiene que tomar en cuenta que el dólar puede subir o bajar, pero recuerde que el Central ha mantenido esas variaciones al mínimo en los últimos meses.
Tercero, el Banco está empeñado en reactivar la demanda interna, pero no tanto que le vaya a generar presiones inflacionarias. Veamos: Para lograr aumentar la demanda, bajó su Tasa de Política Monetaria (TPM) con la intención de generar una reacción en el mercado y que eso fomente la colocación de crédito y, por consiguiente, el consumo y la inversión.
Eso significa que si usted estaba pensando en pedir un préstamo, quiza este año sea el mejor momento. Las tasas de interés, en principio, no deberían subir más o, incluso, bajar levemente, pero eso dependerá también de lo que pase con las finanzas públicas en el segundo semestre del año. Un tema importante es que el Central esta previendo un deterioro del déficit fiscal mucho mayor en el 2016 (6,8% del PIB).
El Central también prevé un alza de los agregados monetarios, levemente por encima de la producción nominal. Esto significa que habría más plata en la calle.
No obstante, la producción crecerá este año casi lo mismo que el año pasado (3,4%), pero provocada por la salida de la planta de manufactura de Intel y el impacto del fenómeno de El Niño. Aun así el ingreso nacional disponible (es decir, el dinero que queda en el país) subirá un 6,6%, más de dos puntos por encima del año pasado.
Cuarto, a pesar de que habrá más dinero en la calle, el Central confía en que la inflación (que cerró en 5,1% el año pasado) vuelva al rango meta (entre 3% y 5%) en el corto plazo y su gran apuesta está en la caída del precio del dólar. Ese efecto, alineado con una estabilidad del tipo de cambio, permitiría que los bienes regulados y los bienes transados (aquellos que dependen del comercio exterior) no tengan un gran incremento.
En otra palabras, en promedio, los precios de la canasta básica de productos debería aumentar este año un poquito menos de lo que aumentaron en el 2014.
Quinto. La caída del precio del petróleo (de más de 50% en los mercados internacionales en los últimos 6 meses) también ayudará a reducir el déficit de la cuenta corriente del país (pasaría de 4,9% del PIB a 4,0%), es decir, la cuenta que mide el ingreso y la salida de dólares de la economía.
Si el petróleo sale más barato, el país no necesitaría más dólares para comprarlo y eso permitiría que más divisas se queden en el país. Ese faltante sería cubierto por inversión extranjera directa, la cual alcanzará un 4,2% del PIB. Esto también traería estabilidad al mercado cambiario, pero esa estabilidad dependerá del nivel de intervención que tenga el Banco Central, algo en que las nuevas autoridades parecen estar comprometidas.