El Banco Central de Costa Rica tiene dos vías externas para engrosar sus reservas monetarias y, de estas, una ya fue utilizada para recuperar parte de los $767 millones que ha perdido este año.
Las dos posibilidades incluyen un paquete de siete opciones: cuatro líneas de crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) y tres del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR).
Estas opciones surgen en medio de una coyuntura de presiones al alza del tipo de cambio, que ha hecho que bajen los niveles de reservas, pues el Central las ha utilizado para intervenir en el mercado cambiario (Monex).
La caída comenzó a verse más pronunciada en mayo, cuando se vendieron $461 millones en el Monex para bajar la presión sobre el dolar. Entre el 2 y el 24 de mayo, el tipo de cambio en el Monex pasó de ¢566,97 a ¢595,28, obligando al Central a intervenir.
A partir de ese momento, comenzaron una serie de intervenciones intradía e interdía para frenar la tendencia y, nueve días más tarde de que el dólar alcanzara su precio máximo del año, el Central realizó la venta de reservas más alta en los últimos cuatro años ($71,6 millones).
Las reservas han registrado una caída del 14% respecto a agosto del 2016.
Según la revisión del Programa Macroeconómico del Banco Central, de julio pasado, el saldo de reservas al primer trimestre equivale al 11,8% del PIB y a 5,8 meses de importaciones.
Para este año, se había estimado que representarían 12,8% del PIB. Sin embargo, se encuentran un punto porcentual por debajo de lo previsto, aunque aún se consideran en niveles saludables.LEA: Intervención cambiaria del Banco Central subió 12 veces respecto al año pasado
Pese a esto, el Central solicitó como medida preventiva un préstamo al FLAR por $1.000 millones ante posibles nuevos cambios abruptos que pudieran sufrir las reservas.
El dinero, que ingresará al país en octubre, se solicitó como un apoyo a la balanza de pagos y deberá ser pagado en un plazo máximo de tres años, incluido un año de gracia, a una tasa Libor 3 meses más 300 y 400 puntos base.
Según comentó Francisco de Paula Gutiérrez, expresidente del Banco Central, en un artículo publicado por La Nación , aún si la tasa se estimara al límite inferior del rango apuntado, el monto a pagar por los intereses en el primer año superaría $40 millones.
Para él, existen además varias contradicciones en cuanto a la solicitud.
Primero, que se solicite un crédito de apoyo a la balanza de pagos, cuando el dinero no va a ser utilizado para este fin, sino para acumular reservas, en vez de guardarse para posibles situaciones de riesgo financiero.
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Además, afirmó que con los recursos se escondería la fuerte pérdida que se dio durante el primer semestre del año, ya que, una vez que ingresen los fondos, las reservas alcanzarían los $7.900 millones, monto superior al observado al cierre del 2016.
“Está claro que el ritmo al cual se perdieron reservas durante los últimos 18 meses no es sostenible, pero, al igual que en una piscina, la solución no es reponer el agua que se filtra por las grietas, sino reparar las gritas para evitar que el agua siga saliéndose”, afirmó.
Añadió que si bien el financiamiento no demanda más que el pago en el plazo establecido, el país aumentará su nivel de endeudamiento para hacer frente a los intereses a pagar en el corto plazo.
Opciones con alto costo
No obstante, además de la tasa, las opciones de financiamiento disponibles proponen un endeudamiento adicional y demandan ajustes en las políticas económicas del país.
El FLAR cuenta con otras dos alternativas a las que puede recurrir el país en caso de que lo necesite: una línea de apoyo a liquidez, pagándolo a un plazo no mayor a un año con una tasa Libor 3 meses más 170 y 230 puntos base.
También tiene un financiamiento de contingencia que se pagaría a un plazo entre 6 meses y un año, con una tasa Libor 3 meses más 140 y 190 puntos base.
“La ventaja de acceder a los fondos del FLAR es que permite contar con recursos en caso de afrontar una crisis de balanza de pagos y además, los requisitos son más blandos que los del FMI”, aseguró William Calvo, exdirector de la División Económica del Banco Central.
Sin embargo, por haber solicitado ya un crédito, el país tendría que cancelar esa línea para poder hacer uso de otro en el caso de que así lo requiera.
Para Édgar Ayales, exministro de Hacienda, los fondos no son necesarios en este momento y es importante que se usen con el fin para el que se solicitaron.
“Su uso para fines que no son de balanza de pagos solo atrasaría los efectos inevitables de la situación financiera estructural del Estado”, aseguró Ayales.
Además del FLAR, las otras cuatro opciones con las que cuenta el país para financiarse son líneas de crédito del FMI, que, contrario a las del FLAR, cuentan con más condiciones.
El Fondo ofrece cuatro tipo de créditos: el Acuerdo de Derecho de Giro, para enfrentar problemas en la balanza de pago a corto plazo; la Línea de Crédito Flexible, para mitigar o prevenir crisis en países con buen desempeño económico; la Línea de Precaución y Liquidez, para suplir necesidades de liquidez, y el Instrumento de Financiación Rápida, que da asistencia a países con una necesidad urgente de balanza de pagos.
De estas líneas, el país cuenta con hasta $3.694 millones disponibles, dependiendo del tipo de financiamiento al que se acceda.
Las tasas de estos préstamos dependen del monto y exigen que los países especifiquen las políticas y medidas económicas que ejecutarán para resolver su problema de balanza de pagos.
Además, algunos de los acuerdos del FMI permiten un desembolso único del monto.
Sin embargo, en el caso de Costa Rica, esta opción no está disponible porque se requiere un compromiso formal de hacer sostenible la dinámica de la razón deuda del Gobierno Central al PIB.
Para Calvo, más que una medida para alimentar el nivel de reservas –que para él es adecuado–, los recursos solicitados se utilizarían para fortalecer la posición externa saludable del país.
Por su parte, Gutiérrez afirmó que sería más oportuno llegar a un acuerdo contingente para usarlos en caso de que se requieran los fondos, más si se tienen niveles adecuados de reservas y un endeudamiento adicional, no es necesario.