El Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) designó como el nuevo superintendente de pensiones a Álvaro Ramos Chaves, para quien las prioridades del sector están bastante claras.
Las tareas que Ramos trabajará con mayor premura en la Superintendencia de Pensiones (Supen) son: la sostenibilidad de los regímenes básicos de pensiones, la estrategia de inversión de los portafolios de las Operadoras de Pensiones Complementarias (OPC), y la supervisión basada en riesgos.
El nuevo titular buscará un diálogo nacional para permitir que se expongan todas las inquietudes que aquejan el sector, en busca de la mejor solución en pro del régimen básico. Para Ramos sobre este diálogo se puede construir una solución más pronta.
La poca sostenibilidad del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), así como del Fondo de Jubilaciones y Pensiones del Poder Judicial destacan en la lista de preocupaciones.
Una de sus grandes inquietudes es hasta dónde puede ir el sistema de pensiones. "Si uno lee los estudios recientes de desigualdad, la parte de salarios respecto al ingreso nacional va decreciendo a lo largo de los años, hecho que debe inquietar al sector puesto que las pensiones descansan principalmente sobre los salarios", explicó Ramos.
A su percepción, es justo plantearse la posibilidad de una homologación del sistema en un esquema de renta global. Es decir, que los ingresos de las pensiones no provengan únicamente por la vía salarial, sino que los ingresos laborales también generen algún tipo de constribución.
Sobre ello, aclaró que ha mantenido conversaciones con funcionarios de la CCSS, del Banco Central de Costa Rica y del Ministerio de Hacienda, quienes han mostrado interés en la idea.
Como tercer punto en su lista de tareas es la estrategia de los portafolios de las OPC, la cual a su consideración ha sido conservadora.
Ramos considera que debe haber portafolios más agresivos, y ya se había empezado a caminar en esa dirección con la propuesta de los multifondos, por lo que en su labor también buscará desarrollar esta y otras opciones.
Casi la totalidad del ahorro se introduce en instrumentos financieros de bajo retorno. Los multifondos, de la mano con otras ideas, son una opción que utilizará Ramos para plantear un sistema donde se pueda aprovechar a contribuyentes con una edad temprana en el sistema, para implementar estrategias más agresivas, para no recargar la presión únicamente en los aportes de los afiliados.
Antes de pensar en otras opciones, el nuevo superintendente se acercará a las OPC para conocer las razones por las que han sido relativamente conservadoras.
El objetivo de los multifondos es ordenar los fondos de pensiones complementarias en tres grupos, de modo que las inversiones se realicen acorde a la edad de los ahorrantes. El primer fondo estaría conformado hasta 45 años de edad, seguido de uno entre 45 y 55 años, y el último para mayores a 55.
Sin embargo, el proyecto quedó en pausa puesto que la demografía del país daría solo para dividir la población en dos fondos, para que cada uno esté conformado por suficiente población. Sin embargo, la experiencia mundial dice que esto no es recomendable.
Según las OPC, el reto está en ponerlo en marcha de la mejor manera y buscar soluciones alternas.
Como última de las tareas está el que si se va a buscar mayor agresividad en los portafolios de las OPC será necesaria la sofisticación de la supervisión.
"Esto requiere de una enorme preparación previa, una gran capacitación de las operadoras y de los funcionarios de la Supen, y eso es algo en lo que quiero trabajar", dijo Ramos.
El Plan Nacional de Desarrollo tiene previsto que para el 2018 la supervisión basada en riesgos esté implementada, aspecto que Ramos ve difícil de incumplir.
Otros retos
Dentro de los desafíos que encontrará la labor del nuevo superintendente, las OPC destacaban el poco dinamismo de las pensiones voluntarias y los altos costos fijos que según ella deben cancelar al Sistema Centralizado de Recaudación (Sicere).
En el caso de las pensiones voluntarias, Ramos tiene una idea, que tal y como aclaró, se tendría que plantear de manera fomal posteriormente.
Se trata de una iniciativa de "paternalismo suave", mediante la que por defecto el contribuyente debe realizar un aporte voluntario, pero tendría la opción de salirse de este régimen en cuando así lo desee.
Cada año se firmaría un documento en el que la persona indicaría si desea o no contribuir a la pensión voluntaria.
"Siempre es voluntario puesto que se puede salir, pero obligaremos que sea expreso su deseo. Me parece que esos elementos de paternalismo suave pueden ayudar muchísimo a incrementar de manera importante la participación en las pensiones voluntarias. Además, cada año se le recodaría por lo que no estaría desantendido", añadió.
Sobre los costos del Sicere, Ramos aclaró que buscará reunirse con Jaime Barrantes, gerente de Pensiones de la CCSS, con el fin de conocer de dónde viene la estrcutura de costos y así analizar si las preocupaciones de las operadoras son legítimas.