Las primas de los seguros de vida mantuvieron su crecimiento durante el 2016 y las aseguradoras prevén que mantendrá ese ritmo este año con la llegada de nuevos productos.
En enero del 2010, el ingreso por las primas alcanzaron ¢2.107 millones, pero siete años más tarde ascendieron a ¢13.644 millones. Solo entre el 2015 y el 2016, este producto subió un 13%.
Tanto Instituto Nacional de Seguros (INS) como las aseguradoras privadas Adisa y Sagicor estiman incrementos en los ingresos por este tipo de póliza de hasta un 26% para este año.
Este dinamismo se justifica porque ahora las empresas pueden brindar sus servicios a un gran portafolio de clientes de distintas condiciones económicas y sociales, con una robusta variedad de coberturas, pólizas y primas .
“Desde la apertura del mercado de seguros, el costarricense ha tenido mayor conocimiento sobre el producto, por lo que se podría decir que cualquier persona que tenga acceso a productos financieros, de una u otra forma, conoce qué es un seguro de vida”, afirmó Jorge Leiva, gerente comercial de Adisa.
La variedad en el perfil del cliente es algo que también destaca Fernando Víquez, gerente general de Sagicor, quien afirma que el 90% de sus asegurados nunca había adquirido una póliza de vida.
LEA: Aseguradora del Itsmo venderá el 76% de sus acciones.
Actualmente, las personas no solo usan estos seguros en caso de muerte, algunas los utilizan como un soporte financiero o un ahorro a largo plazo.
Generalmente, los más jóvenes los utilizan como un método para ahorrar y disponer de un amparo económico en caso de alguna incapacidad para trabajar, una enfermedad o un accidente grave.
Otros, sobre todo aquellos mayores de 45 años, lo solicitan como un ingreso económico después del fallecimiento del asegurado. Los clientes que rondan los 30 años lo toman para formar un capital con ingresos propios, pues, cuando así lo decida, puede disponer de los fondos o utilizarlos para gastos de su vejez.
Negocio de dos opciones
Al adquirir un seguro de vida los clientes tienen dos opciones: optar por un seguro individual o corporativo.
“En principio, los seguros corporativos tienen ventajas sobre los individuales porque permiten disminuir los requisitos de inclusión y de costo. Por estas ventajas, en algunos casos, los seguros autoexpedibles individuales tienen modalidades corporativas pero se cotizan individualmente”, admitió Víquez.
Con el seguro de vida individual, la compañía aseguradora toma el riesgo de una persona, a diferencia de la póliza colectiva, en la que se asegura una gran cantidad de personas dividiendo el riesgo entre todos.
En el caso de los colectivos, la prima depende de la composición del grupo y de las coberturas que se adquieran.
Por otro lado, en los individuales, el costo del seguro depende de las características del cliente.
Por ejemplo, en el caso del seguro individual del INS, la prima mensual sería de ¢12.423 para una persona de estas características: un hombre de 25 años, no fumador, con un monto asegurado de ¢20 millones; con un 5% de aumento anual del monto asegurado hasta los 45 años y un 20% de ahorro que cubra muerte, exoneración de pago de primas en caso de incapacidad total y permanente, doble indemnización en caso de muerte accidental y otros beneficios.
Si fuera mujer, pagaría una prima mensual de ¢9.483 con estos requisitos: 40 años, no fumadora, con un monto asegurado de ¢20 millones que cubra muerte; pago adicional de la suma asegurada en caso de incapacidad total y permanente; adelanto de la mitad de la suma asegurada en caso de enfermedad terminal y beneficio de gastos funerarios.
Más oferta y más crecimiento
Dado los beneficios mencionadas y el mayor interés de las personas, las empresas esperan tener buenos resultados al cierre de este año.
Adisa pretende introducir nuevos productos corporativos este año en respuesta a nuevas necesidades del mercado.
El INS, por su parte, espera crecer 26% en el 2017 y Sagicor, que tuvo un crecimiento de 18,8% en el 2016, prevé un comportamiento mayor al final del 2017.