El precio del dólar ha dividido a algunos economistas en Costa Rica, quienes entraron en una discusión orientada en si se permitía una devaluación más acelerada o se sigue con el sistema propuesto por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) .
El debate fue público por artículos de opinión aparecidos principalmente en La Nación , por comunicados y conferencias de prensa.
Uno de los temas fue el nivel que debería tener el valor nominal de la moneda extranjera (tipo de cambio) –lo que cualquier persona paga por un dólar– y el grado de libertad con que ese precio puede variar.
Por un lado, están los que abogaron porque se le diera libertad al tipo de cambio, para que así se refleje una devaluación que generaría una mejora en las cuentas de los exportadores, con lo que ganarían en competitividad.
En el otro extremo, están quienes se oponen a una devaluación arbitraria y, en alguna medida, apoyaron la política que adoptó el BCCR.
El origen de la discusión surgió porque el valor de la moneda extranjera era relativamente estable en el 2015.
No obstante, a mediados de diciembre del 2015, cuando el tipo de cambio empezó a variar con más claridad, la discusión cobró más fuerza.
A finales de abril, el dólar inició una tendencia hacia arriba, que ha ocasionado una devaluación interanual superior al 3% en algunos días.
Este año, el BCCR ha dado un poco más de libertad al tipo de cambio y ha permitido ese incremento. Por ejemplo, el 1 de marzo el precio era de ¢537,28 por dólar y el pasado 13 de octubre estaba en ¢555 en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex).
A pesar de lo anterior, el aumento o la presión no se ha manifestado por completo, pues el Banco Central ha intervenido para evitar lo que a su criterio sería una alta volatilidad.
Los bandos
Precisamente, es otro de los puntos que separaron a los economistas. Para unos, el Central no debería intervenir y, más bien, tiene que dar más libertad al mercado y dejar en evidencia el riesgo cambiario.
Mientras, otros están de acuerdo con las intervenciones y con el uso de las reservas internacionales para evitar fluctuaciones violentas.
El economista y exgerente bancario Gerardo Corrales fue uno de los primeros que impulsó el tema de que el país pudiera tener una devaluación del tipo de cambio nominal.
Según él, todo empezó porque las cámaras de exportadores agrícolas y de turismo le pidieron que analizara un documento que había publicado el Banco Central a mitad del 2015 sobre el tipo de cambio.
En ese documento, el Central enumera las razones por las que el valor del dólar se encuentra en una zona de equilibrio.
Corrales detalló que, poco tiempo después, esos grupos empresariales y él solicitaron una reunión con el presidente del BCCR, Olivier Castro, con el fin de exponer sus argumentos, a saber: que sin devaluación nominal, el sector exportador perdía competitividad en el corto plazo.
La respuesta del Central era que no se podía hacer nada, pues seguirían apegados al régimen cambiario decidido en febrero del 2015 y no cambiarían las reglas.
Desde mediados del 2015 y en varias conferencias de prensa, Castro ha dicho que ha recibido peticiones y consultas de diferentes sectores sobre el tipo de cambio, pero no entrado en mayor detalle.
A Corrales lo apoyaron los economistas Fernando Naranjo, Álvaro Trejos, Alberto Dent y Miguel Loría en un artículo de opinión publicado el pasado 6 de julio.
Empero, una de las primeras personas en responderle a Corrales fue el economista Luis Mesalles, quien esgrimió que una devaluación forzada no genera una mejora autómatica de la competitividad.
Después, las opiniones y enfrentamientos directos se desataron con más intensidad, pese a que desde antes ya habían suficientes opiniones.
Corrales comentó que, luego de algunos de sus comentarios, uno de los que lo increpó directamente fue Jorge Guardia, expresidente del BCCR.
Este fue uno de los que lanzó fuertes críticas a quienes respaldaban un aumento arbitrario del dólar y defendió en varias ocasiones al BCCR.
El tema llamó la atención de más personas y algunas organizaciones se manifestaron abiertamente, entre ellas, la Cámara de Exportadores de Costa Rica y la Cámara Nacional de Turismo, que incluso entraron en un debate directo con Guardia.
Estos dos gremios enviaron una carta al BCCR para que revisara la política cambiaria en los primeros días de mayo.
Las gestiones no fructificaron. Olivier Castro recordó, en comunicados y conferencias, que la devaluación no era la solución para mejorar la competitividad.
El debate siguió al punto que varios economistas emitieron criterio de manera conjunta. En especial los opositores al incremento en el valor del dólar, a saber, William Calvo, Alberto Franco, Jorge Corrales, Juan Muñoz y Melvin Garita.
Para Mesalles, el tema aún tiene vigencia y se debe seguir aprendiendo de este régimen cambiario que es relativamente nuevo, pero que también la discusión debe enrumbarse a tocar temas que tienen la misma o más importancia como el margen de tasas de intereses entre colones y dólares, el déficit fiscal y el aumento de competitividad del mercado cambiario.
En el centro del debate quedó el BCCR que, al final de cuentas ha permitido que el valor del dólar siga aumentando, pero ligado a su política de hacer intervenciones directas o indirectas.
Eso sí, sin revelar los criterios que pesan sobre esas participaciones.