Bruselas. ¿20.000, 40.000, 60.000 millones de euros? Las vertiginosas cifras citadas para evaluar la factura del Brexit siguen constituyendo el principal punto de bloqueo en las negociaciones de divorcio entre la UE y Londres, pero ¿a qué corresponden?
Un alto responsable europeo afirmó recientemente que la cuenta a saldar por Londres por sus compromisos adoptados como miembro sería de “50.000 o 60.000 millones”. Según la prensa británica, May estaría dispuesta a duplicar su oferta hasta 40.000 millones.
¿Pero a qué corresponden estas cifras que copan titulares y cómo se calculan estos montos?
La mayor parte de la factura es lo que los europeos denominan el “resto por liquidar”. Cada año, el presupuesto de la UE prevé “créditos de pago”, que pueden abonarse a lo largo del año, pero también “créditos de compromisos” para financiar proyectos con pagos escalonados en varios años.
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En todo momento, existe pues un monto de “compromisos” adoptados, pero todavía impagados, que “quedan por liquidar”. Según cálculos del centro de reflexión Bruegel, la parte de Reino Unido en este capítulo podría alcanzar entre 30.000 y 39.000 millones de euros en el momento de su marcha.
La retirada de Reino Unido está prevista el 29 de marzo de 2019 pero, mucho antes del anuncio del Brexit, los 28 países de la UE validaron un marco presupuestario que cubre el período 2014-2020. Aunque no se trata formalmente de un presupuesto, sí constituye según la UE un compromiso legal.
Y el hecho de que Londres desee una transición post Brexit de unos dos años refuerza la idea de que los británicos deberán abonar su parte hasta 2020 incluido. La contribución anual neta de Londres a este marco es de entre 11.000 y 13.000 millones de euros.
Londres debería así abonar, tras su retirada en marzo de 2019 y en 2020, más de 20.000 millones de euros a sus 27 socios, según este razonamiento. Y todavía más si los cálculos no tienen en cuenta los famosos “descuentos” obtenidos por los británicos durante años.
Entre los otros compromisos que los 27 recuerdan a Londres está su participación en las pensiones de los funcionarios europeos y ello hasta mucho tiempo después delBrexit.
Según la evaluación de Bruegel, la parte que correspondería a los británicos, tras más de 40 años de pertenencia al proyecto europeo, sería de entre 7.700 y 10.000 millones de euros.
Bruselas también desearía incluir en la factura final otros tipos de compromisos, pero todavía no inscritos en los presupuestos anuales o en el “resto a liquidar”, cuyo monto total podría alcanzar decenas de miles de millones de euros si se estima en un sentido amplio.
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Esto incluye compromisos en diferentes fondos europeos que cubren, por ejemplo, la política migratoria o las inversiones “estratégicas”.
Según el equipo de negociación europeo, habría también eventuales “pasivos” vinculados por ejemplo a las garantías de la UE en préstamos a países terceros. Y los 27 también piden a Reino Unido que se haga cargo del costo del traslado de las agencias comunitarias que deben abandonar Londres.
El total de las sumas evocadas podría superar los 100.000 millones de euros, pero Reino Unido contestará duramente algunas de las exigencias europeas, especialmente en la cuestión de los compromisos no inscritos en los presupuestos anuales.
Londres reclamará, además, su parte en la propiedad de ciertos edificios de la UE, que debería retirarse de la suma total.
Al final, en función de los parámetros retenidos, “la factura neta a largo plazo podría ir de unos 25.400 millones a unos 65.100 millones” de euros, según cálculos de Bruegel.