La economista Edna Camacho estima poco probable que se solucione el problema fiscal en el 2017, por lo que aumentará el riesgo país.
Además, considera posible que el déficit fiscal concluya el 2017 inclusive por encima del 6%, lo cual ya es “peligroso” para la estabilidad económica.
Inclusive, si el Ministerio de Hacienda continúa con la gestión que realizó a lo largo de 2016, la presión en las tasas de interés podría ser inevitable.
Esta previsión se cimienta en la situación fiscal y el incremento en los rendimientos por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
El aumento de las tasas de interés en los Estados Unidos significará una presión al alza de las tasas locales y una menor entrada –o mayor salida– de flujos de capital, explicó Camacho.
Menor maniobra
Canjes, subastas inversas y Tesoro Directo (TD) son algunas de las cartas que Hacienda podrá continuar utilizando para reducir presiones.
Sin embargo, aun cuando se mantenga el mismo manejo de la Tesorería, las tasas de interés tenderán a subir, en la medida que aumenten las tipos internacionales y que los inversionistas perciban una mayor prima por el riesgo país –ante la ausencia de una solución directa al problema fiscal–, dijo Camacho.
De este modo, quienes inviertan en cualquiera de esos instrumentos demandarán mayores rendimientos.
Por su parte, el Gobierno analiza opciones que le permitan aliviar la presión, incluidas la ley de fraude y la factura electrónica para aumentar el control. Sin embargo, ninguna sustituirá los beneficios que implicarían los proyectos del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y sobre Renta, dijo Fernando Rodríguez, viceministro de Ingresos.
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“El barco se mantiene a flote en medio de la tormenta, con tasas al alza, inflación mayor e incertidumbre del precio del petróleo y mayores vencimientos”, indicó Rodríguez.
Para comprender las cartas que el Gobierno podría volver a utilizar, es necesario ir más atrás y ver las maniobras que realizó Tesorería Nacional para reducir las presiones en el 2016.
Los canjes fueron, de nuevo, la carta estrella de Hacienda para postergar el pago de obligaciones de la deuda.
Al cierre de octubre, Hacienda acumulaba ¢695.001 millones en canjes de deuda, en los que compró al mercado series que tenían vencimiento inclusive al 2018. Las intercambió por series de largo plazo que vencen a distintos plazos, el máximo de ellos al 2050.
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Al décimo mes del año pasado , el acumulado de los canjes era 127% más alto que todo lo canjeado en 2015.
Otra herramienta fue Tesoro Directo (TD), plataforma que acumuló más de ¢1,8 billones a noviembre del 2016.
TD le permite al Gobierno ahorrar recursos operativos y financieros), ampliar la cartera de inversionistas y diversificar el fondeo. Entre tanto, los inversionistas ven un ahorro en los costos de intermediación.