Washington. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó al alza la proyección del crecimiento que tendrá el Producto Interno Bruto (PIB) de Costa Rica al cierre de este 2016, ubicándolo en 4,2%.
Esta expectativa supera el dinamismo estimado en octubre del 2015, cuando la entidad apuntaba que el país crecería 4% este año.
El FMI liberó la proyección esta mañana junto con las expectativas globales, durante la entrega del informe Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en inglés).
Como es usual en abril, el organismo mostró estos resultados en el marco de las reuniones de primavera con el Banco Mundial, en Washington D.C.
En esta ocasión, la entidad realiza una revisión de las cifras mostradas en las reuniones anuales de la junta de gobernadores de ambas entidades, llevadas a cabo entre octubre y setiembre de cada año.
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El nuevo panorama calza con la proyección mostrada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), que en el Programa Macroeconómico 2016-2017 dictó la misma cifra (4,2%).
Una mejor expectativa está relacionado con los resultados más optimistas de la producción en los últimos meses.
Costa Rica presentó un periodo de bajas revoluciones en la segunda parte del 2014 y la primera del año pasado, para posteriormente arrancar con un ascenso alentador.
En abril de 2014, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) alcanzó un dinamismo interanual de 3,8% en la tendencia ciclo, pero empezó a caer hasta ubicarse en 1,6% un año después.
Posteriormente, la economía empezó a presentar signos de recuperación.
Así, en febrero cumplió 10 meses consecutivos de mostrar cifras más alentadores que las de un mes atrás. Para el segundo mes de este 2016, el IMAE varió 5,4%, una aceleración que no se percibía desde el 2012.
El crecimiento más veloz obedece a que la mayoría de industrias y, en especial, de las actividades agropecuaria y manufacturera aumentaron su ritmo luego de reversar las tasas negativas registradas en la mayor parte del año previo, indicó la División Económica del Central en el informe de los resultados de febrero.
Las actividades de servicios, que más contribuyen a la variación del IMAE, también presentan una aceleración en sus tasas de crecimiento con respecto al 2015.
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En la misma línea, el FMI también mejoró ligeramente la proyección del crecimiento del PIB de Centroamérica, de 4,2% a 4,3%.
El alza está motivada por las mejores estimaciones para Guatemala, Costa Rica, Nicaragua, Panamá.
En contraparte, El Salvador mantuvo su perspectiva y Honduras percibió una reducción.
México, Centroamérica y el Caribe son beneficiarios de la recuperación de EE. UU. y, en la mayoría de los casos, los precios más bajos del petróleo. De hecho, la mayoría de los países de la región continúan creciendo, aunque modestamente.
Al contrario, América del Sur sigue percibiendo una reducción por la caída de los precios de las materias primas.
Crecimiento lento por tiempo prolongado
Al lado de las perspectivas de cada región, la institución dio a conocer sus estimaciones globales.
En su más reciente informe WEO, el FMI hace énfasis en los riesgos de una economía que está creciendo lento por un periodo muy prolongado, riesgo que, en su criterio, están al alza pero aún a tiempo de ser atendidos.
"Tal y como lo ha indicado la directora general, Christine Lagarde, estamos en estado de alerta, pero no de alarma", comentó Maurice Obsfeld, consejero económico y director de Investigación del FMI.
A nivel mundial, el crecimiento sería 3,2% este año, subiendo a 3,5% en el 2017, una revisión a la baja en 0,2 puntos y 0,1, respectivamente, respecto a la actualización ejecutada en enero de este año.
En Estados Unidos, que espera un crecimiento de 2,4%, con un modesto repunte el próximo año.
En la zona del Euro, la baja inversión, alta tasa de desempleo y los débiles balances pesan sobre el crecimiento, que continuará siendo poco (1,5%).
Respecto a la región de América Latina y el Caribe, las cifras no son promisorias. En octubre del año pasado, el FMI proyectó que tendría un crecimiento casi nulo (0,8%), pero en esta ocasión revisó la cifra a un número negativo de 0,5%.
Al detallar los resultados para algunos países de la zona, Brasil presentaría una contracción de 3,8%, misma que registró el año pasado pero mayor a lo que se había estimado en octubre pasado (-1,0%).
En el caso de Argentina, la cifra negativa es de 1,0%, dato ligeramente más pesimista que el -0,7% proyectado seis meses atrás por el FMI y que contrasta con el repunte 1,2% del año pasado.
En ambos casos, la perspectiva es que el 2017 se presente una variación anual positiva.
La situación política de Brasil se normalizaría el próximo año, y los efectos de los precios del petróleo desaparecerán gradualmente, ayudando al mismo tiempo para que la economía brasileña, aunque podría no crecer, al menos no se contraería, explicó el FMI en conferencia de prensa.
En el caso de Argentina, el Gobierno ha puesto en marcha reformas políticas y en los controles de precios que reforzarán la capacidad productiva para el 2017, aunque en el 2016 presente recesión.
Otro ejemplo de la región es México, que se ha visto impactos por los precios de los commodities y la debilidad de la manufactura estadounidense, pero si mejora entonces lo mismo sucederá con el dinamismo de la actividad económica mexicana.
Riesgos al alza en mercados emergentes
La organización destaca un cuarteto de alarmas para los mercados emergentes, encabezado por un retorno de las turbulencias financieras que deterioran la confianza. Como ejemplo de ello, la depreciación del tipo de cambio en economías emergentes, que podría afectar aún más los balances de empresas en mercados emergentes, así como una disminución de entradas de capital, forzando una contraccción de la demanda interna.
Como segundo punto está la prolongación de los bajos precios del petróleo, que podría agudizar la desestabilización del panorama de los países exportadores.
En la tercera línea está China, una nación que se desacelera y que de continuar con una economía en picada podría repercutir negativamente en el comercio, los precios de las materias primas y la confianza. Según el FMI, si estas condiciones se presentan, China podría dar lugar a una desaceleración más generalizada en la economía mundial.
Esta nación crecería en el orden de 6,5%. "Nos preocupa la calidad del crecimiento no tanto la cantidad, pues el crecimiento de más largo plazo puede ser menor", comentó Obsfeld.
Por último, y aunque el FMI no suele señalar la acera política de los países, consideró necesario hacerlo en esta oportunidad debido a conflictos geopolíticos, destacando la discordia política, terrorismo, flujo de refugiados o epideamias globales.