Tras la baja en la calificación de riesgo anunciada por Moody's este martes 16 de setiembre, el país pierde el grado de inversión obtenido hace cuatro años, pues la nota pasó de Baa3 a Ba1. Pero, ¿qué significa esto para los inversionistas?
Las agencias calificadoras de riesgo o agencias de rating investigan la situación financiera internacional, tanto de entidades comerciales como gubernamentales. Entre ellas están Standars & Poors, Fitch Ratings y Moody’s.
El objetivo de estas firmas es calificar la solvencia de los prestatarios mediante una escala que valora el riesgo de invertir en un producto financiero determinado (bonos, acciones, entre otros).
La calificación de crédito es la capacidad que tiene una entidad para cancelar su deuda y el riesgo que conlleva invertir en ella.
En otras palabras, las firmas mencionadas anteriormente le indican al inversionista si el deudor al que se le presta el dinero es buena paga o no, explicó Douglas Montero, analista del puesto de bolda Mercado de Valores.
De ahí que los resultados publicados por estas empresas se utilicen como parámetro para evaluar la posibilidad de impago de la entidad que posea la deuda.
Particularmente,Moody’s, firma que redujo la calificación a Costa Rica, tiene una escala que va desde Aaa hasta C donde la primera es la mejor nota que puede sacar un país, y C es la calificación más baja que puede registrar, de un total de 21 posibles resultados.
Costa Rica pasó a la categoría Ba1, lo que quiere decir que regresa a un grado especulativa, en donde la calidad de crédito es cuestionable, el pago de intereses y capital están ligeramente protegidos pero hay cierta incertidumbre.
Al bajar un escalón, el país deja la calificación Baa3, que lo posicionó al lado de naciones con un grado de inversión de menor riesgo, como es el caso de Colombia.
¿Qué implica esto para el país?
Algunos ahorrantes del exterior revisan cuál es el resultado de cada nación para decidir si invertir o no, inclusive algunos apuestan solo por las categorías de inversión, por lo que se podrían ver afectadas algunas inversiones externas.
Según Montero, en el caso de los inversores locales, estos no tienen mucho de que preocuparse, pero sí aquellos que quieran captar bonos en el exterior, ya que las tasas de interés sin duda aumentarán. Esto debido a que, ante un aumento en el riesgo, el rendimiento que se exige es mayor.
Los bonos de este año al 2044 pagaron un 7% de interés, pero si se emitieran en este momento, esa tasa rondaría entre un 7,25% y un 7,30%, añadió Montero.
Además, sí se percibiría una baja en los precios de los bonos, aunque no altamente significativa. El precio de un bono se comporta de manera inversa a la tasa de interés, es decir, entre mayor interés, menor precio.
Sin embargo, el principal efecto negativo de la baja en la calificación es la imagen que el país tiene.
Para Montero, la imagen del país ya se ha ido maltrechando, con la salida de empresas tales como Intel y Bank of America, y la caída de un escalón en la calificación es una alerta más que se suma a esta realidad.
La noticia no es tomada por sorpresa, ya que había sido anunciada anteriormente, pero sí es un llamado de atención para mejorar la situación fiscal del país, comentó Montero.