El Gobierno suspendió a los cinco directores del Banco de Costa Rica (BCR) que no habían renunciado, como una medida cautelar, según se anunció en el Consejo de Gobierno de este 3 de octubre.
Los directores suspendidos son Monica Segnini (quien funge como presidenta), Evita Argudas, Francisco Molina, Paola Mora y Alberto Raven. Ya habían presentado su renuncia Ronald Solís y Gustavo Arias.
La semana pasada, todos los directivos se negaron a dejar sus cargos luego de la solicitud hecha por el presidente Luis Guillermo Solis a raíz de los cuestionamientos surgidos por la aprobación de créditos para la importación de cemento de China y para la compra de una planta hidroeléctrica en San Carlos.
Sergio Alfaro, ministro de la Presidencia, explicó este martes que a los cinco directivos que no habían aceptado la solicitud de renuncia se les abrirá además un proceso sancionatorio.
Alfaro aseguró también que se tomó la decisión de conocer y aceptar la renuncia de los directivos Solís y Arias, quienes luego de retirarse de los cargos, colaborarán con las investigaciones que se están llevando a cabo.
"Los sustitutos de los miembros suspendidos y los nuevos directivos serán designados durante el próximo Consejo de Gobierno para retomar el nuevo gobierno cuanto antes", afirmó Alfaro.
Además de la suspensión de los directivos, este lunes 2 de octubre, se informó que la agencia calificadora Moody’s redujo la calificación del banco en tres de los indicadores relacionados con la fortaleza intrínseca y la probabilidad relativa de incumplimiento de varias obligaciones contractuales, según publicó La Nación.
El principal deterioro en la calificación ocurrió en el Indicador de Solidez Financiera Intrínseca, que constituye la opinión de la calificadora sobre la fortaleza de los emisores.
En este indicador, Moody’s bajó la nota de ba2 a ba3.
Los emisores con categoría "b" se consideran con una fortaleza financiera intrínseca especulativa y los numerales del 1 al 3 expresan la ubicación de la entidad en su categoría, siendo 1 el nivel más alto y 3 el nivel más bajo.
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La fortaleza financiera intrínseca mide la fortaleza de los créditos de la entidad misma, la fortaleza institucional, la calidad de las decisiones financieras y su ejecución.
La calificación también redujo de ba2 a ba3 el indicador BCA ajustado y el riesgo de contraparte de largo plazo, que pasó de ba1 a ba2.
Sin embargo, Moody’s mantuvo las calificaciones crediticias de largo plazo del banco en moneda nacional y las calificaciones de deuda senior no garantizadas de moneda extranjera en ba2, así como la calificación de depósitos a largo plazo en moneda extrajera de BA3.