La Reserva Federal decidió el miércoles 15 de marzo aumentar las tasas de interés por segunda vez en tres meses e indicó que cualquier futuro aumento este año será gradual, expresando su visión de que la economía de Estados Unidos está mejorando.
El banco central estadounidense decidió aumentar su tasa de interés de referencia en un cuarto de punto, de 0,75% a 1%. Ello repercutirá en mayores tasas de interés para préstamos particulares o empresariales.
La institución indicó en un comunicado que la solidez del mercado laboral y el alza de los precios lo han acercado a sus metas de empleo e inflación.
La Fed envía así el mensaje de que casi ocho años después de la severa recesión, la economía estadounidense ya no necesita las muletas de unas tasas de interés ínfimas y está en condiciones de soportar condiciones de crédito más estrictas.
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La decisión se tomó con nueve votos a favor y uno en contra.
El que votó en contra fue Neel Kashkari, director del banco en Minneapolis, quien según el comunicado de la institución, favorecía mantener intactas las tasas de interés.Al igual que el último reporte emitido en diciembre, el banco central pronosticó que aumentará las tasas de interés tres veces este año. Pero el número de directivos que consideraron apropiadas las tres alzas aumentó de seis a nueve.
El panorama económico trazado por la institución no cambió mucho. Se espera para este año un crecimiento económico de 2,1%, igual cifra para el año siguiente, y uno de 1,9% en el 2019. Tales cifras son mucho menores al 4% que el presidente Donald Trump ha prometido con su plan económico.
En semanas recientes, los inversionistas parecían indiferentes ante la posibilidad de que el banco central aumente las tasas. En lugar de ello, se ha mantenido una tendencia alcista en Wall Street que comenzó con la elección de Trump en noviembre y se ha alimentado de sus promesas de recortar impuestos, aflojar las regulaciones e invertir en la infraestructura.
La visión del banco central se fundamentó en un panorama por lo general alentador de la economía. El mes pasado se informó que Estados Unidos creó 235.000 puestos de empleo, que los salarios están aumentando y que el desempleo bajó a 4,7%
El hecho de que los inversionistas ya no reaccionan con nerviosismo cuando el banco central estadounidense apunta hacia un aumento de las tasas de interés marca un agudo contraste con el ambiente que reinaba poco después de la crisis en el 2008, cuando la institución redujo las tasas a un mínimo récord y las dejó ahí por siete años.
En esa época, cualquier indicio de que el banco central iba a comenzar a subir las tasas —lo que tendría implicaciones para consumidores y negocios— trastocaba los mercados mundiales.
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