El déficit fiscal continuará ascendiendo, en caso de no llegar a un acuerdo sobre la regla fiscal que permita recortar los gastos y aumentar los ingresos, en paralelo.
Edgar Ayales, exministro de Hacienda, considera que no será una tarea fácil contener el déficit pero hay márgenes de acción para reducir el gasto público, que supera el crecimiento de casi 9%, aún con inflación de cero.
El déficit fiscal alcanzó el 5,1% del Producto Interno Bruto (PIB), en noviembre pasado.
En ese mes, la llegada de una solución parecía más que lejana.
Sin embargo, el Poder Ejecutivo envió tres proyectos de ley en la línea de contención del gasto, a las sesiones extraordinarias en la Asamblea Legislativa.
Estos pasos serían apenas el punto de partida para reducir los egresos del Gobierno Central.
El primero de ellos, en la línea del empleo público para racionalizar los incentivos salariales, el segundo para establecer un tope a los salarios del sector público y el último para realizar una valoración de desempeño previo a la definición de las anualidades.
Esa acción envió un mensaje positivo al mercado y a las calificadoras de riesgo, dijo Ayales.
Aún así, esos proyectos son insuficientes. Los dos nortes que faltan por tratar son la definición de un cambio fiscal que impida que el gasto corriente siga aumentando, así como los principales disparadores de gasto: salarios, pensiones y transferencias.
Solo las transferencias del Gobierno Central crecieron 7,7% interanual, a noviembre pasado. Gran parte de estas se deben a compromisos adquiridos constitucional o legalmente.
De hecho, casi el 95% del gasto está predeterminado.
Además, los proyectos para la recaudación de más ingresos (tributo sobre la renta e impuesto sobre el valor agregado) están a la espera de más intenciones de reducir los egresos.
Si no se contiene el déficit, existen riesgos como la dificultad de acceder a crédito externo, que ha financiado cerca de un tercio de la deuda pública del país.
Además, presionaría las condiciones económicas del país.
El temor es que no se llegue a un acuerdo a mediados de 2016.