El crecimiento en la zona euro perdió ímpetu en el tercer trimestre del año, como consecuencia en parte de la ralentización de las economías emergentes, que afecta al comercio exterior europeo.
Entre julio y setiembre de 2015 la expansión del PIB de la zona euro fue de 0,3%, según una primera estimación este viernes de la agencia de estadísticas europea, Eurostat.
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Se trata de una decepción, pues los analistas pronosticaban un crecimiento al mismo ritmo que en el trimestre anterior (+0,4%).
La expansión del PIB en el tercer trimestre se mantiene probablemente gracias al consumo interno en zona euro, según los expertos.
"Una caída en el desempleo probablemente haya aumentado los ingresos disponibles, apoyando así el consumo", consideró Peter Vanden Houte, del banco ING, y añadió que en su opinión es el principal elemento que sostuvo el crecimiento. Eurostat debe aún publicar los componentes del crecimiento de este período.
Al mismo tiempo las exportaciones tienen "viento en contra dada la caída del crecimiento de las economías emergentes", añadió Vanden Houte.
"El retroceso de la demanda externa parece haber debilitado el impacto beneficioso en las exportaciones de un euro débil", coincidió Jonathan Loynes de Capital Economics.
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Estancamiento
Alemania, primera economía del bloque y muy dependiente de sus exportaciones, registró un alza de 0,3% en el tercer trimestre, frente al 0,4% del periodo anterior, tal como se esperaba. Ese freno se debería a una baja en la demanda de China.
A diferencia de Alemania, Francia, segunda economía del bloque cuyo crecimiento se había estancado (0%) en el segundo trimestre, volvió a crecer en el tercero (+0,3%). Esa mejoría se vincula al consumo de los hogares así como a una aceleración de las inversiones de las empresas.
España, cuarta economía del bloque, mantiene el mayor dinamismo de la región con un crecimiento de 0,8% para el tercer trimestre, aunque menor que en el periodo anterior (+1%).
En relación al mismo trimestre del año anterior, el PIB de España registró un alza de 3,4%.
La expansión española se explica, según una nota del banco Société Générale, por la demanda doméstica, favorecida asimismo por el bajo precio del petróleo, que continúa favoreciendo al resto de la zona euro, a una mejora en las condiciones financieras, a las bajas en los impuestos y a una recuperación en el mercado laboral.
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Sin embargo, "el crecimiento en España alcanzó su pico máximo y es probable que se desacelere aún más en el cuarto trimestre (0,5% de trimestre a trimestre). Para 2016 el peligro de una caída existe debido al esperado repunte de la inflación que roerá los ingresos disponibles reales", estima el banco francés.
Por su lado, el PIB de Grecia se contrajo 0,5% en el tercer trimestre, según los analistas, por el impacto del control de capitales impuesto a fines de junio, en plenas negociaciones con Bruselas para evitar la implosión del euro, con la salida de uno de sus miembros.
Grecia pactó con sus socios un tercer rescate financiero de 86.000 millones de euros, a cambio de duras reformas y ajustes. La situación, según la Société Générale, habría costado a la zona euro un 0,1% de expansión de trimestre a trimestre.
En Italia, el crecimiento fue menor al esperado, +0,2%, e inferior a los anteriores períodos (+0,4% en el primer trimestre, + 0,3% en el segundo). Portugal y Holanda también decepcionaron con un crecimiento estancado (0,0%) o muy modesto (0,1%).
Esta primera estimación del crecimiento del PIB en la zona euro pone una vez más bajo la lupa los anuncios que hará el Banco Central Europeo (BCE) en su próxima reunión de diciembre.
"Los datos alimentan (...) la necesidad de medidas de estímulo adicionales del BCE", señaló Jonathan Loynes, de Capital Economics.
El BCE apuntala la economía de la zona euro con gigantescos préstamos a interés casi nulo a los bancos y con un amplio programa de compra de deuda pública y privada (de "flexibilización cuantitativa" o QE, por sus siglas en inglés), de 60.000 millones de euros al mes, inicialmente previsto hasta setiembre de 2016.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ya se dijo dispuesto a "flexibilizar" ese programa, aumentando los importes de compra de activos o prolongando su duración.
El BCE también mantiene desde setiembre de 2014 su tasa de referencia en 0,05%, su mínimo histórico.