El Gobierno presentó a la Asamblea Legislativa este jueves 20 de julio el proyecto de ley que pretende transformar al Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito) en el Banco Costarricense de Fomento (BCF).
Se trataría entonces de un banco de segundo piso y con caracter fiduciario.
En caso de aprobarse esta propuesta, la entidad dará financiamiento al mercado local con fondos provenientes de líneas de crédito de organismos multilaterales, aportes canalizados a través de fideicomisos u otros instrumentos de colocación de largo plazo, así como bonos u otras obligaciones con garantía del Estado, indicó el comunicado de prensa emitido esta tarde.
El objetivo del banco sería fomentar operaciones que el sector financiero no ejecuta con regularidad, de modo que el Gobierno potencie áreas en las que su margen de acción ha sido insuficiente.
Así, "el BCF permitiría la creación de productos y servicios para el fomento de la actividad productiva, el acceso al crédito en sectores de la población que en ocasiones no lo tienen, como los emprendimientos y startups, entre otros", explicó Sergio Alfaro, ministro de la Presidencia.
Dentro de los cambios que plantea la propuesta está que el banco absorba Conape, cree un sistema de financiamiento para el comercio exterior, apoye a pymes y emprendedores, administre fideicomisos de obra pública, entre otros.
Esta propuesta deberá competir con otros dos caminos planteados por tres diputados de la bancada del Movimiento Libertario y uno adicional de Ottón Solís, diputado del Partido Acción Ciudadana (PAC).
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Seis líneas de negocio
La propuesta del Gobierno plantea que el BCF aborde seis líneas de negocio.
1. Obra pública En primera instancia, el soporte logístico y financiero para el diseño y ejecución de obras y proyectos relacionados con ambiente, cultura, turismo, ciencia, tecnología y construcción de infraestructura que busque ampliar las capacidades productivas.
Esto pretende que el país cuente con un músculo financiero y administrativo para acompañar el desarrollo de obra pública o proyectos incipientes en áreas productivas.
El BCF contribuiría a desarrollar: vías terrestres, puentes, aeropuertos, ferrocarriles, hospitales, infraestructura educativa, entre otros.
2. Financiamiento externo El segundo punto que abordaría el banco de fomento sería el diseño y creación de un sistema de financiamiento dirigido al comercio exterior, que facilite el crédito en todos los eslabones de la cadena productiva (investigación, innovación, diseño, desarrollo, colocación, etc).
Estos nuevos productos financieros permitirían atender la demanda de comercio, sea de exportaciones o importaciones, así como transformar iniciativas productivas en modelos de cadenas productivas o de valor.
3. Pymes y emprendimientos El tercer punto de negocio será el apoyo financiero y fomento a la investigación, desarrollo e innovación de las pequeñas y medianas empresas, empresas de economía social solidaria, emprendimientos sociales, start ups y otras empresas de alta tecnología o de proyectos estratégicos para el país.
En este segmento, el BCF canalizaría los recursos provenientes de ayudas externas o créditos internacional con fines del fomento productivo, y su fin es apoyar a los emprendimientos.
Además, el BCF podrá ser coinversionista o accionista de corto y mediano plazo de emprendimientos y proyectos empresariales estratégicos para el país.
4. Fideicomisos El BCF administraría fideicomisos para el fomento de la actividad productiva y se plantea que gestione el Programa Nacional de Apoyo a la Microempresa y la Movilidad Social (Pronamype).
Pronamype se mantendrá como un programa de fondeo a intermediarios, para que estos entreguen micro créditos a personas en condición de pobreza.
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El Estado podrá aumentar los recursos de este programa mediante la cooperación internacional o con la adquisición de empréstitos internacionales.
5. Préstamos para la educación La Comisión Nacional de Préstamos para Educación (Conape) pasaría a manos del BCF, de modo que este podría ahora buscar financiamiento en el mercado local o externo para ampliar sus fondos.
6. Avales y seguros. El BCF estaría encargado de crear avales o seguros que suplan las necesidades del sistema bancario, para atender riesgos de los sujetos de crédito más frágiles del sistema.
El banco de fomento podrá aliarse a cualquier entidades de seguros del país para generar productos y servicios.
También, se convertirá en el proveedor de avales que permitan mutualizar el costo de los riesgos ligados a préstamos de vivienda o personales, por ejemplo.
"Se busca crear las condiciones para asegurar una mutualización de los riesgos y que esta a su vez facilite a los bancos comerciales a prestar con buenas condiciones a quienes menos tienen", indicó el comunicado de prensa.
Esta propuesta está alineada con el mensaje que ha dado a conocer el Gobierno para buscar al sostenibilidad de Bancrédito.
Desde inicio de año, el Gobierno fue claro en que Bancrédito no tenía futuro como banco comercial y por tanto, buscarían transformarlo en un banco de fomento.
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Paralelamente a esta propuesta, una comisión conformada por el presidente de la Junta Directiva y el gerente de Bancrédito, el gerente del Banco Central y Mariano Segura, preparó una propuesta para que Bancrédito abandonará su negocio como intermediario financiero, proceso que concluyó el pasado 14 de julio con el cierre de las sucursales al público y la devolución de los ahorros a los clientes.