La actividad económica de Costa Rica chocó este año con un paredón que le impidió mejorar su dinamismo y la industria de la construcción fue la más afectada.
En octubre, la producción cumplió 11 meses de desacelerarse de forma consecutiva, algo que no necesariamente estaba previsto en el arranque del año y que impacta el ánimo de los inversionistas.
Una movida que sí estaba presupuestada era la de los macroprecios que, aunque dieron algunas sorpresas, cumplieron el rol esperado por el Banco Central.
A finales del 2016, analistas alertaron que el tipo de cambio, las tasas de interés y la inflación se apartarían de la estabilidad o bajas cifras que habían mostrado.
Aun así, el precio del dólar fue el que tomó por sorpresa a gran parte de los ahorrantes y deudores en moneda extranjera, cuando alcanzó un máximo de ¢595 en mayo.
Ese “susto” llevó al Central a aplicar una serie de medidas para restablecer el premio por invertir en colones, ya que los dólares ganaban atractivo.
Tras seis subidas de la Tasa de Política Monetaria (TPM), la reactivación de Central Directo y las continuas intervenciones, el tipo de cambio logró estabilizarse. Aun así, de punta a punta, el precio del dólar subió un 2% este año.
Este no fue el único dato que tomó protagonismo en el transcurso del 2017: la inflación también lo hizo en ciertos momentos del año.
Al igual que en otros países, los precios locales subieron algunos escalones, comportamiento también alineado con el discurso del Central de que la inflación regresaría de forma paulatina a su rango meta.
Luego de mantener un dinamismo prácticamente nulo, los precios empezaron a subir en febrero. Aunque tuvieron un traspié (en julio y agosto), ya para octubre estaban dentro del nivel objetivo del Central (ubicado entre 2% y 4%).
Por otra parte, la dinámica socioeconómica del país mejoró en algunos eslabones pero en otros se estancó.
En la acera de la pobreza, la mayor inyección de recursos por parte del Gobierno permitió una reducción de la pobreza extrema, del 6,3% al 5,7%.
Las transferencias –ayudas estatales y becas– a la población en el nivel más extremo de necesidad pasaron de representar el 17% de sus ingresos totales a 19%. En esto, también contribuyó el incremento de pensiones y otros subsidios.
Sin embargo, el dato de pobreza general del país permaneció sin cambios.
LEA MÁS: Aumento de transferencias estatales ayudó a reducir pobreza extrema en 2017
Por el lado del desempleo, el país no avanzó mucho. 97.000 personas empezaron a trabajar en empleos formales e informales, entre julio y setiembre y eso mejoró la tasa de ocupación nacional en 1,7 puntos porcentuales, según la Encuesta Continua de Empleo (ECE).
LEA MÁS: 97.000 personas empezaron a trabajar en Costa Rica entre julio y setiembre
Sin embargo, a Costa Rica aún le queda la ardua tarea de reducir la tasa de desempleo (situada en 9,4%).
Otro escenario complejo es el manejo de la situación fiscal, algo que sin duda apretó las finanzas públicas y la liquidez del Gobierno, aún más en el término del año, al punto que Hacienda tuvo dificultades para reunir el dinero necesario para pagar los salarios del sector público en la primera quincena de diciembre.
A noviembre del año pasado, el déficit llegó a 4,3% del Producto Interno Bruto (PIB), pero en este 2017 la cifra subió a 5%.
Un mayor crecimiento del gasto y una desaceleración de los ingresos explican este comportamiento, que se agudiza a la espera de una solución por la vía legislativa.
El pago de intereses de la deuda es el lastre de los egresos del Gobierno, con un crecimiento de 23,5%, correspondiente principalmente a la deuda interna.
El Central estimó en la revisión de su Programa Macroeconómico 2017-2018 que el faltante cerraría el 2017 en 5,7% por lo que, al menos a noviembre, estaba a tan solo 0,7 puntos de alcanzarlo.
Esta situación recibirá al nuevo Gobierno el próximo año, a menos que se defina una solución por la vía legislativa durante el periodo de sesiones extraordinarias del Congreso.
Entre tanto, el panorama del 2018 mantendría las tendencias que hoy muestra la economía, con una desaceleración del consumo, un crédito sin crecimiento significativo y una inflación que repunta pero se mantiene dentro del rango meta.
En cuanto a las tasas de interés y el tipo de cambio, mucho dependerá del manejo de las nuevas autoridades monetarias, que entrarán en mayo próximo.
Actividad económica se ralentizó
A octubre, la actividad económica, medida por Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) creció 2,27%, casi la mitad del dinamismo que mostró hace un año, pero ¿por qué las industrias muestran un menor crecimiento?
LEA MÁS: Actividad económica de Costa Rica muestra desaceleración por onceavo mes consecutivo
La situación fiscal sin atender pesa en la confianza de los consumidores y de los inversionistas. Al final, y como un efecto dominó, la incertidumbre hace que el consumo sea menor y las empresas perciban un menor ingreso, lo que les limita el crecimiento.
El consumo final de los hogares pasó de crecer 4,59% en el segundo trimestre de 2016 a 2,86% al mismo corte de este 2017. También, el crédito bancario también se desaceleró: a setiembre de 2014 crecía a un ritmo de 18,5% pero creció 9,3% en este año.
Además, el ajuste de algunos indicadores locales e internacionales también explica la desaceleración de las industrias.
Por ejemplo, la subida de las tasas de interés en colones y en dólares, y el aumento de los precios del petróleo han impactado, pues ambos tienden a reducir el ingreso disponible de la población.
LEA MÁS: Reserva Federal de Estados Unidos sube su tasa de interés a 1,5%
Asimismo, el desempleo se estancó y esto también afecta el consumo.
Según explica el economista William Calvo, la economía se había mantenido estable en los últimos años por el bajo crecimiento de la economía internacional.
Es así como mientras economías como Estados Unidos mejoran su dinamismo, Costa Rica lo reduce.
Una de las industrias más impactadas es la de la construcción, cuya actividad económica cayó casi 20% a octubre, mientras hace un año al menos crecía poco más de 3%.
El dólar 'asustó'
Sin duda uno de los protagonistas de este año fue el precio del dólar, especialmente en mayo.
Ante la movilidad del dólar, el Central aumentó sus intervenciones, principalmente en el primer semestre del 2017.
La autoridad monetaria vendió $668,8 millones en el Monex durante la primera mitad de 2017, mientras un año atrás la cifra fue de apenas $54,3 millones.
LEA MÁS: Intervención cambiaria del Banco Central subió 12 veces respecto al año pasado
En mayo, la devaluación del tipo de cambio promedio del Monex, llegó a más de 5%, provocado por las fuertes negociaciones de divisas en el mercado.
LEA MÁS: Tipo de cambio de venta llega a ¢590 tras fuerte negociación de divisas
Luego de que Central anunciara que disponía de $1.000 millones para intervenir en el mercado, el tipo de cambio empezó una leve reducción que luego se estabilizó.
Además, dijo que solicitaría una línea de créditos de otros $1.000 millones al Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) para fortalecer sus reservas. Estos recursos aun no han engrosado las reservas del Central.
Asimismo, la entidad impulsó al alza la Tasa de Política Monetaria (TPM) –que pasó de 1,75% al 4,75% en el año– y reactivó la plataforma de Central Directo para atraer los ahorros de los ciudadanos con tasas más altas en colones y así acelerar la transmisión de la TPM.
Fue así como a punta de alzas en tasas de interés, el Central controló el tipo de cambio en la segunda etapa del 2017, sin intervenciones como las vistas en el primer semestre, explicó el economista, Luis Mesalles.
LEA MÁS: Con tipo de cambio del dólar estable, Banco Central redujo dramáticamente su intervención
En esa subida de la TPM, también se justificó por el alza de tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos y la necesidad de financiar el déficit fiscal.
El premio en colones ha ido recuperándose y la presión del tipo de cambio ha bajado.
Aun así, luego de casi tres meses sin intervención, el BCCR vendió $17 millones el 20 de diciembre, en operaciones de estabilización cambiaria.
Esto está relacionado a que en los últimos días de diciembre, las negociaciones en el Monex repuntaron, inclusive registraron cifras de más de $30 millones.
Precisamente el 20 diciembre, el Monex negoció $32,3 millones, aunque no era la primera vez en el mes en el que el mercado tranzó un monto similar.
El 8 de diciembre la negociación llegó a $34,8 millones, el 14 del mismo mes a $32,3 millones y el 15 a $33,4 millones.
Sin embargo, el Central no intervino en ninguno de esos días.