Puede mantener una película cinco meses en cartelera, volver a programar clásicos, estrenar largas temporadas después de la popularización de los títulos, pero se mantiene vigente. Sin duda, la Sala Garbo, de Nicholas Baker, es un caso empresarial particular y su creador asegura que aún cuando se pueda mantener un negocio por amor, siempre habrá que pagar impuestos.
¿La Sala Garbo es un buen negocio?
¡Para mantenerlo por 35 años tiene que producir algo! Es un buen negocio, sí. Aquí, en contraste con los otros cines, compramos todas nuestras películas. Casi nunca hacemos negocio con los estudios, prácticamente todas las cintas vienen de cine independiente. Hay gente que se desilusiona porque una película se queda durante cinco meses, quieren que cambiemos cada tres semanas, como los otros, pero aquí queremos mantenerlas en cartelera mientras producen.
¿Cuáles lecciones ha aprendido en estos años?
La primera, que uno debe ser fiel a su público en la calidad de las películas. Algunas le gustan a todos, otras no, pero nuestras películas siempre son muy aptas para cineforos y cosas así. No somos el cine más barato en Costa Rica, pero siempre tratamos de tener un precio razonable. Además, hay que mantener la sala en óptimas condiciones: tenemos nuevos proyectores, pantalla, sonido y nuevas sillas. Nos interesan mucho las críticas y la opinión del público.
¿Hay alguna cosa que no volvería a hacer?
Siempre hay que probar cosas nuevas, a veces funcionan y a veces no. Cuando no funcionan no las repetimos. Por ejemplo, pasamos pocas películas norteamericanas. Eso no significa que yo las considere malas, al contrario, hay directores como Spielberg que es tal vez uno de los mejores tres del mundo, pero nuestro público no es para ese tipo de cine. Por otro lado, una película que casi fracasó en Costa Rica es War Horse , pero si hubiera tenido oportunidad la hubiera pasado aquí y habría sido un éxito.
¿Cual es su estrategia para mantenerse vigente?
Voy a varios festivales, tengo mis contactos. Compramos mucho en Colombia, porque hay cines similares a la Sala Garbo ahí, en Argentina, en Chile. Veo qué están exhibiendo. A veces eso significa que tenemos que esperar mientras en los otros cines exhiben películas con éxitos muy recientes.
¿Pero es rentable? ¿O es más amor al cine que rentabilidad?
Es posible mantener un negocio por amor. Amo el cine y siempre he tratado mantener la calidad, pero obviamente uno tiene que pagar impuestos como los otros cines, tenemos poco apoyo del Gobierno. El cine cultural paga los mismo impuestos que el pornográfico o el popular. El amor tiene que ir acompañado. Obviamente uno trata de buscar películas que van a ser populares, pero a veces hay fracasos. Hemos tenido, no mucho, pero hemos fracasado en boletería.
¿Cuál es su público?
Es una pregunta difícil porque viene todo tipo de gente. Tenemos estudiantes de artes, música teatro como de arquitectura, medicina, periodismo. Es gente a la que le gusta el buen cine.
¿Y cuál es el buen cine?
El que no es necesariamente comercial, aunque puede serlo. Mucho viene de productores independientes y es cine hecho con amor. Viene de productores y directores que están haciendo lo que quieren y no necesariamente por dinero.
De las películas que se exhiben en la Sala Garbo, ¿cuáles tienen más éxito?
Las europeas en general, pero las de más taquilla han sido una mexicana y una inglesa. Como agua para chocolate , un éxito tremendo, muy buena película. La inglesa es Trainspotting , y mucha gente me dice que quiere verla otra vez. El cine latino también lo ha hecho bien, con películas argentinas, mexicanas.
¿Cuál es el futuro del cine en Costa Rica con tantos recursos para ver películas en casa?
Una persona puede tomar tragos en su sala o se puede ir a un bar donde tiene otro ambiente, es el mismo trago pero en su ambiente. Si usted va a ver una película en video no tiene el mismo sonido ni las mismas luces ni el trabajo de efectos de la cámara. Suena el teléfono en el momento más importante o se va la luz, mientras en el cine tiene el ambiente perfecto, es un lugar muy agradable para ir con su novio, marido, amante, hijos. Creo que el ambiente es muy importante en esto.
¿Cuál es su valoración de la producción cinematográfica tica? ¿Qué le parece?
Ha avanzado mucho. Nosotros hemos trabajado con el centro de cine, hemos ayudado a varios productores. El problema es que hasta el momento no ha logrado éxitos internacionales, eso significa que es muy costarricense. Las cosas ticas son muy locales y eso afecta como negocio a la hora de vender los productos. Pero ha avanzado mucho. Gente como Esteban Ramírez han tomada un gran paso adelante. A ojos cerrados (de Hernán Jiménez) es un excelente ejercicio de cine, pero es muy corta.
¿Qué ha pasado con Conciertos Internacionales?
He trabajado 50 años en eso y considero que ya era tiempo para retirarme de ese negocio, por varias razones. Una de las principales es que ahora los impuestos van completamente en contra los espectáculos culturales. Creo que es ridículo que Lady Gaga pague los mismos impuestos que el Ballet Nacional de Cuba, cuando uno puede ganar mucho dinero y el otro penas puede cubrir los gastos, con suerte. Curiosamente tengo un libro que todo mundo ha firmado y llegué a la última página, lo cerré y no más.
¿Cuáles son sus proyectos, además de la Sala?
Voy a seguir dirigiendo en teatro, estoy preparando el montaje de Miss Julie , de Strindberg. Ahora también tenemos eventos todos los fines de semana en el bar con grupos locales y música de DJ y cosas así. Tengo un gerente que maneja esas actividades y hemos tenido bastante éxito.
Ya la programación de la Sala Garbo está lista para el resto del año, y Nicholas asegura que cuando él no esté su estilo seguirá en su hija y su nieta, que comparten su amor por el buen cine.
La entrevista
Nombre: Nicholas Baker
Formación: Director teatral. Director de espectáculos en la British Broadcasting Corporation (BBC).
Edad: 79 años.
Puesto: Fundador y dueño de la Sala Garbo