"La idea es 'liberar' (dejar) un libro en un espacio público (farmacia, supermercado, bar, transporte público, cine, museo, etc...). Pueden participar de la propuesta todos aquellos que lo deseen liberando un libro este 21 de marzo de 2013 en el lugar donde vivan o se encuentren en ese momento", dice El Club de los Libros Perdidos en su evento de Facebook.
En el marco de la Tercera gran liberación mundial de libros, organizada por el Club, hoy por primera vez Costa Rica vivió una movilización de libros perdidos, que sus antiguos dueños debían dejar para que alguien más los encontrara. El único requisito era colocar un mensaje indicando que el ejemplar formaba parte de la iniciativa. En San José se vieron libros en paradas de autobuses, plazas, parques, empresas y muchos otros lugares.
Con esta iniciativa en mente, le preguntamos al Presidente del Club de Innovación Tecnológica, Roberto Sasso, al Ministro de Educación, Leonardo Garnier, a la empresaria y directora de la Fundación Monge, María José Monge y al director de El Financiero, José David Guevara, cuál libro dejarían perdido y cuál les gustaría encontrar. Los cuatro son reconocidos como ávidos lectores y nos compartieron su emoción por la campaña.
Compartiendo a Saramago
María José Monge asegura que "liberaría el Ensayo a la Ceguera, el Ensayo a la Lucidez y las Intermitencias de la Muerte, todos ellos de José Saramago, ya que con una forma casi poética lleva al ser humano a los extremos más oscuros de su ser y cómo siempre, a pesar de lo maligno de los acontecimientos, el sentido de justicia y el amor puro triunfa sobre el mal".
La empresaria también tiene claro qué le gustaría recoger perdido en algún sitio público. "Me encantaría encontrar la Tregua de Mario Benedetti, un libro de caricaturista Maitena y la Reina del sur de Arturo Pérez-Reverte".
Una novela latinoamericana
Para Roberto Sasso, lo ideal sería encontrar una novela latinoamericana, contemporánea. "Eso es lo que me gusta, me distrae", asegura el doctor en ingeniería de software.
José David Guevara y Leonardo Garnier ya dejaron libros perdidos por ahí. Guevara nos dijo: "Hoy perdí tres ejemplares de uno de mis libros favoritos: 'El diario de Ana Frank'. Escogí esta obra que me fue presentada por mi madre en mi adolescencia porque me gusta imaginar que la literatura es capaz de mantener viva y libre a esa niña judía que murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen, a los 15 años de edad.
Garnier, por casualidad, también repartió cuatro libros, pero de títulos diferentes. "Liberé cuatro libros muy distintos, precisamente por ser distintos: Nikolai Gogol: Cuentos (El capote); Walt Whitman: Canto fe mí mismo; Fabián Dobles: Historias de Tata Mundo y Gabriel García Márquez, Cien años de Soledad. Son libros para gustos muy distintos, unos muy lejanos como los cuentos de Gogol, otro un poeta universal como Whitman, los cien años de García Márquez, muy latinoamericano pero también universal, y el TataMundo tan nuestro de Fabián Dobles".
El director de El Financiero se planteó otra pregunta: "¿Cuáles libros no estoy dispuesto a extraviar adrede? "El crimen de Colima" y "Casos célebres", ambos del desaparecido periodista y abogado Enrique Benavides, pues son dos ejemplares ancianos, de piel color sepia, que me heredó mi padre cuando decidí estudiar periodismo. El que yo dedicara muchas horas a leer ambos textos cuando tenía 21 años de edad, provocó que mi novia en ese entonces amenazara diciéndome: "Escoja entre esos libros y yo"... ¿Hace falta decir qué respondí?".
Y el Ministro le apuesta a la aventura: "¿Qué me gustaría encontrar? No sé, que me sorprendan... pero que sea algo bueno ¡ja ja!".