El mercado laboral abrió espacios para más de 190.000 trabajadores entre el segundo trimestre de 2011 y el mismo periodo de este año.
La tendencia positiva en la contratación después del bajón experimentado en los primeros meses del año pasado, no necesariamente se extiende a la calidad de los puestos laborales que está generando la economía.
Una tercera parte de los 1,9 millones de los ocupados en el país tienen empleos con características que encajan dentro del concepto de informalidad manejado por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).
Entre abril y junio, un 36% de las personas no contaban con un seguro por su trabajo en caso de ser asalariadas; o bien su empresa no estaba constituida en una sociedad con contabilidad formal. Estas son las características que definen el empleo informal en la Encuesta Continua de Empleo del INEC.
“La gente asocia trabajo informal con el vendedor ambulante, quien trabaja en la calle, o por temporadas. Los nuevos esquemas de empleo, como la subcontratación de servicios profesionales, ocultan cierto trasfondo en el aseguramiento”, explicó Pilar Ramos, coordinadora del área de Censos y Encuestas del INEC.
Aunque el peso de los no asegurados por trabajo entre la población asalariada en el segundo trimestre de este año es poco –25,6% con respecto al 74,4% asegurado – va en aumento.
Creció 2,6 puntos porcentuales entre el segundo trimestre de 2011 y el mismo periodo de 2012, las estadísticas más recientes.
¿De 8:00 a. m. a 5 p. m.?
También creció con mayor rapidez el número de trabajadores que laboran menos de 40 horas a la semana, aunque su peso en el total es reducido.
Un 5,3% de los asalariados trabajó menos de 15 horas en el segundo trimestre de 2012; más que el 3,9% registrado en 2011.
Para quienes están ocupados independiente (no asalariados), las jornadas son muy reducidas o extenuantes. Un 42,6 trabajó menos de las 40 horas semanales; y un 33,5% sobrepasó las 48 horas.
En materia de ingresos, el escenario es poco alentador.
En el segundo trimestre de este año, la mayoría de los asalariados percibía ingresos de entre uno y menos de dos salarios mínimos (calculado como el salario mínimo minimorum equivalente por hora, que en el primer semestre de 2012 fue de ¢7.883,82).
Sin embargo, el crecimiento más fuerte se dio en el número de asalariados que perciben menos de un salario mínimo. Esta cifra pasó de 14,9% a 20,7% en los periodos analizados.
Entre los trabajadores independientes la situación es más grave. La mayoría –un 43,9%– gana menos de un salario mínimo y son quienes reportan un mayor crecimiento. Subieron 11,4 puntos porcentuales entre los periodos analizados de 2011 y 2012.
Los nuevos esquemas de contratación ponen a prueba un Código Laboral venerado por la sociedad, pero vigente durante más de seis décadas.
“Desde hace años, afirmamos la necesidad de modificar el Código de Trabajo, con la finalidad de ajustarlo a los tiempos y a los requerimientos del mercado, sin perjudicar los derechos que por ley tienen los trabajadores”, dijo Marco Meneses, presidente interino de la Unión Costarricense de Cámaras (Uccaep).
Vulnerables
En concordancia con el panorama, son las ocupaciones no calificadas las que registraron mayor dinamismo, aunque no tienen el mayor peso en el total de la población ocupada.
El número de personas involucradas en actividades como ventas ambulantes, peones agrícolas o de construcción, recolectores de basura y mensajeros pasaron de representar el 27,2% de la población ocupada en el segundo trimestre de 2011 al 25,8% en 2012.
Los ocupados en trabajos de alta calificación tienen un peso similar, pero su crecimiento fue bajo (5,4% entre los periodos analizados).
De acuerdo con el comportamiento de la contratación, son los empleos de baja calificación, temporales o informales los más vulnerables cuando vienen los malos tiempos económicos.
“Cuando hubo más baja ocupación y alto desempleo, las personas que permanecieron ocupadas fueron las que tenían mejores condiciones y calidad de empleo, están asegurados, tienen mayor número de horas trabajadas, menos subempleo”, analizó Ramos.
Las señales del mercado laboral son positivas en cuanto a su capacidad para generar empleo.
Sin embargo, no se trata solo de un asunto de cantidad.
Cada vez es más difícil que esos puestos laborales sean de calidad.