El mercado internacional demanda más piña orgánica. Un repunte en las exportaciones de piña orgánica en el último año y un incremento en la cantidad de hectáreas destinas para la siembra con esa modalidad, ilustran esa mayor demanda.
De acuerdo con información proporcionada por el Programa Nacional de la Agricultura Orgánica del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), para el 2014, la superficie dedicada a producir piña orgánica alcanzó las 1.281 hectáreas; un año antes era de 991 hectáreas.
Si el dato se compara con la totalidad destinada en todo el territorio nacional para la siembra de orgánicos, la cifra representa tan solo un 16%.
Otros productos como el banano orgánico lideran en ese forma de producción, con más de 2.165 hectáreas.
Por su parte, datos del Portal Estadístico de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), evidencian que el valor de las exportaciones de esa partida reportaron un crecimiento de poco más de $118.000 entre el 2013 y el 2014.
La Promotora fue clara en señalar que puede que se haya exportado más piña orgánica en ese periodo pero bajo la partida tradicional, y no se vea reflejado en los números disponibles.
Abel Chaves, presidente de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep), alertó que ese consumo es apenas minúsculo y que da espacio para aumentar aún más la producción.
Si los datos se comparan con lo exportado en piña tradicional, ese monto no alcanza siquiera el 1%, pues en 2014 Costa Rica reportó ventas al exterior por poco más de $865 millones.
Estados Unidos y la Unión Europea sobresalen como los principales destinos para la piña orgánica costarricense. Tales destinos evidencian también un crecimiento significativo como receptores de la fruta.
Entre el 2013 y 2014, la división del Ministerio señaló un crecimiento en los envíos de más de 500 toneladas solo hacia la UE.
Al 2013, último dato aportado por el MAG, la producción orgánica reunía a 2.159 agricultores a nivel nacional.
Razones claras
Darle un mayor valor agregado a la fruta es la principal razón que motiva al productor a migrar o incursionar en la producción orgánica.
María Fernanda Reyes, directora del Programa de Agricultura Orgánica del Ministerio, es del criterio que el repunte en los números demuestra la necesidad del sector de salirse cada vez más de un estilo tradicional.
“Esa misma diferenciación también se traduce en una ganancia de hasta un 25% más”, explicó.
Un total de 21 productores de la Zona Norte comparten ese principio y se agruparon bajo el modelo del cooperativismo para ingresar al mercado orgánico.
Desde Coopeproagro R. L. esperan producir inicialmente cerca de 200 hectáreas de piña orgánica, que será comercializada de manera procesada, a través de la empresa La Paz, en esa zona.
Christian Herrera, gerente de la cooperativa, explicó que el crecimiento paulatino que experimenta la demanda los motivó a consolidar la iniciativa.
“Ese tonelaje ya está vendido. Hay un nicho de mercado que claramente está pidiendo más piña orgánica pero que hay que saber atenderlo para no saturar ese nicho. Es un mercado muy sensible pero estamos partiendo de una tendencia al crecimiento bastante clara. Hay que verlo como una oportunidad”, agregó.
Por su parte, la preferencia por los productos orgánicos está basada, casi en su totalidad, en la conciencia ambiental de los productores y de la preferencia de los consumidores.
De acuerdo con el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET), de la Universidad Nacional, Costa Rica es el país de la región que consume más agroquímicos; unos 20 kilos de ingrediente activo por hectárea.
Limitaciones
Si la demanda estimula a los productores, el tema de costos de la producción es la principal barrera de entrada al cultivo mediante procesos orgánicos.
A ello, se le une la tramitología que debe pasar un productor para certificar su finca como tal.
Chaves, de Canapep, aseguró que, para incursionar en la producción orgánica, los piñeros deben realizar diversas acciones, desde cuantificar el área para calcular la rentabilidad hasta obtener los visados ambientales.
“Los procesos de logística y comercialización del producto también debe de ser considerado por todas las autoridades para acompañar al productor en todo el proceso”, agregó.
La necesidad de reforzar la revisión de los procesos y el etiquetado de la fruta que la diferencie de la convencional, también son claves para seguir potenciando la preferencia entre consumidores. Pues un error en esta línea compromete las estadísticas y la calidad ante el cliente.