Reventazón, la planta hidroeléctrica más cara del país, comienza a operar en un momento en que la autogeneración con paneles solares se vuelve cada vez más atractiva y barata.
¿Qué pasará entonces cuando las tarifas regulares del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) aumenten y la inversión por instalar los paneles siga cayendo?
La respuesta inmediata del Instituto es variar las tarifas. De hecho, ya presentó ante la Aresep un nuevo proyecto de modelo tarifario que incluirá tanto la energía que le venden a sus clientes, como la disponibilidad de esa red, según confirmó el director de Planificación Financiera del ICE, Randall Humme.
A este último rubro le llaman "tarifa de respaldo", que es el precio por tener la red a disposición todo el tiempo, aunque no se esté usando. "Es la garantía de que se tiene el servicio, la disponibilidad el 100% del tiempo", dijo Javier Orozco, director de Planificación de la entidad.
En un principio, la nueva tarifa impactaría a las empresas de servicios públicos y a las cooperativas a las que el ICE les vende energía a gran escala (ESPH, Jasec, Coopeguanacaste, etc.) que, en este momento, solo pagan los kw/h consumidos. Pero en el mediano plazo, el Instituto también espera que esta tarifa de respaldo sostenga su modelo energético frente a la disrupción de los paneles solares.
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¿Adaptación o retraso?
"Hoy por hoy, cuando usted pone un panel en su casa, usted lo que ve es: 'me voy a ahorrar la tarifa que me cobra mi empresa distribuidora'. Pero si la empresa distribuidora le dice que tiene que pagar una tarifa de conexión, una tarifa de potencia y otra de respaldo y la de energía es más pequeña… entonces, cuando uno pone su propio panel, lo que se está ahorrando ya no es todo sino solo la pequeña parte de la energía, entonces lo hace menos interesante financieramente", explicó Orozco.
"L o que hoy es un buen negocio o lo que era un excelente negocio en el plan piloto, no es un buen negocio para el país porque se estaba dejando de pagar unos costos que no se veían. Ahora que están disponibles ya lo que se ahorra es menos y tiene que esperarse a que bajen muchísimo más los costos de los paneles para que esa tarifa sea rentable", agregó el director de Planificación.
LEA aquí la entrevista completa con Javier Orozco.
También el Gobierno está en línea con ese modelo, contó la viceministra de Energía, Irene Cañas.
"Todos los equipos fallan en algún momento. Una industria no puede darse el lujo de que, si su sistema de autoconsumo falla, se deje de producir, sino que, inmediatamente, va a conectarse a la red. La empresa eléctrica tiene que tener esa red disponible para cuando el cliente la necesite", dijo.
El secretario de la Asociación de Empresarios de Paneles Solares (Acesolar), Jorge Blanco, discrepó con que este tipo de tarifa pudiera desincentivar el consumo de paneles, pues al cobrarle más por el respaldo a las empresas distribuidoras, las tarifas de la población en general se verían afectadas y esto más bien apuntalaría el consumo de paneles.
Innovación vs protección
Ante la respuesta contundente de Orozco, surgen más preguntas: ¿a quién quiere beneficiar el ICE y el Gobierno con este tipo de cambios en los modelos tarifarios? ¿Para qué retrasar un cambio que es inevitable?
En el juego, entran la sostenibilidad del sistema, tal y como existe, la nueva represa hidroeléctrica por la que alguien tendrá que pagar y, al final de cuentas, los consumidores.
Veamos: si la mayoría de la clase media-alta costarricense pudiera acceder a comprar un panel solar y las tarifas se mantienen como hasta ahora (solo cobrando el consumo de energía), el ICE terminaría repartiendo el costo del Reventazón y del mantenimiento del sistema en general entre quienes no pueden comprar un sistema fotovoltaico, que son quienes menos ingresos perciben.
Al incluir la disponibilidad del sistema en la facturación eléctrica, los paneles serían menos rentables, pero el costo de ese sistema se repartiría entre más personas, por lo que el impacto para quien no pueda comprar un panel sería menor.
El Gobierno está alineado con esta explicación y, precisamente por ello, reguló a favor de las compañías eléctricas actuales en su Reglamento para la Autogeneración Distribuida, tan criticado por el sector empresarial.
"(El reglamento) no fue aplaudido por el sector empresarial precisamente porque se tomaron esas previsiones", dijo Cañas.
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Mientras tanto, las empresas distribuidoras quieren entrar a ser parte del juego disruptivo y brindar otros servicios, como los puntos de recarga para autos eléctricos.
"Para evitar esa espiral de la muerte, las compañías tienen que ser parte de esta innovación", sostiene el especialista en energías alternativas Esteban Bermúdez. Casi todos los actores coinciden con él, pero la forma en que se haga traerá bajo el brazo sus propios conflictos.