En la opinión pública se discute con intesidad, desde hace una década, alrededor de la premisa de que la Costa Rica actual es más desigual en el ingreso que la de hace diez años.
Pero tal premisa se ha debilitado. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) dio a conocer la semana pasada que, en el 2013, la distribución del ingreso es prácticamente la misma que en el 2004, último año en que se publicó la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) antes de la versión actual.
De hecho, el coeficiente de Gini del ingreso bruto por persona es de 0,534 para el 2004. Bajó muy levemente, hasta 0,531, con esa herramienta de medición.
Este indicador marca una mayor desigualdad en el ingreso conforme se acerca a 1. Un coeficiente de 0 muestra una sociedad con una distribución completamente igualitaria del ingreso.
Esto permite negar que la Costa Rica de hoy es más desigual que la de hace 10 años, al menos de acuerdo con esa medida. Lo anterior no borra que la desigualdad sea mayor que muchas naciones latinoamericanas con serios problemas socioeconómicos, como El Salvador o Bolivia, por ejemplo.
Medido como acumulación de ingresos entre el 20% más adinerado de la sociedad y el 20% más pobre, la situación del país es prácticamente la misma en el 2013 que en el 2004.
¿Entonces por qué se ha sostenido la idea de que la Costa Rica de hoy acumula más ingresos en menos manos?
Lo que decían los datos
Porque eso mostraban fielmente los indicadores disponibles antes de la encuesta divulgada el pasado 30 de abril, más precisa y especializada en la medición y el estudio de los gastos y los ingresos de los hogares costarricenses.
Según la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM), ejecutada anualmente, en el 2000 Costa Rica registraba un coeficiente de Gini de 0,41, y para el 2009 ascendía hasta 0,51. La tendencia ha sido creciente.
Dicha medición recibe un cambio de metodología en la medición de los ingresos –precisamente por no ser la mejor– y toma el nombre de Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) para el 2010.
De ese año al 2013 hay un incremento más leve pero consistente, de 0,51 a 0,52.
La explicación que dan de ese incremento en la concentración del ingreso desde la academia no es necesariamente mala.
Gira, fundamentelmente, en torno al hecho de que “se ha dado un incremento en la proporción de trabajadores con estudios universitarios, que es un dato que sí estima de una manera precisa cada una de estas encuestas (EHPM y Enaho)”, según sostiene el economista e investigador en materia de educación y desigualdad, Andrés Fernández.
La Enigh (la medición que se dio a conocer la semana pasada) no dice qué pasó en cada año entre el 2004 y el 2013. Pudieron registrarse periodos con más o menos desigualdad, medida bajo ese indicador en ese lapso.
Sin embargo, mientras las encuestas anuales previas decían que, al comparar específicamente la desigualdad en el ingreso del 2004 con la del 2013 (algo técnicamente incorrecto por el cambio metodológico del 2010) el coeficiente de Gini creció un 26,8% (de 0,41 a 0,52), la Enigh indica que en esos años la desigualdad se mantuvo igual, práticamente no varió (siendo muy precisos, bajó apenas 0,13%).
Hay razones técnicas que sustentan esas diferencias en lo estimado. Según Floribel Méndez, gerente del INEC, la Enigh realiza un muestreo por 12 meses seguidos para estudiar los gastos e ingresos de los hogares, mientras las demás herramientas de ingreso hacen una sola consulta en los hogares. Además, según Méndez, “en el 2013, con esta otra metodología, se hizo un esfuerzo especial por estimar las tranferencias en ingresos y gastos en los hogares en especie (no en dinero)”, algo que no se realiza de tal forma en las encuestas anuales.
Tal énfasis en las tranferencias en especie mide de mejor manera los ingresos y gastos de los más pobres, según Méndez. Eso explicaría que los resultados de la distribución de los ingresos sea tan diferente de las encuestas anuales.
“En la Enigh del 2004 y el 2013 el concepto de ingreso y gasto es muy similar. Es una medición más amplia (incluye tranferencias en especie). Ahí el Gini muestra una diferencia muy leve, pero siguen siendo niveles altos. La concentracion de lo que acumula cada quintil es prácticamente la misma”, agregó Méndez.
Sin embargo, hay que tener claro que esa invariabilidad del coeficiente Gini no se ha registrado siempre en la Enigh. Según investigaciones previas basadas en la propia Enigh (Trejos y Gindling, ), de 1988 y 2004 el coeficiente pasa de 0,427 a 0,535. Un cambio de 25,23%.
Entonces, si bien es cierto que la Costa Rica del 2013 no concentra más ingreso que la del 2004, sí es más desigual que la de 1988, de acuerdo con esta medida.